Jason Collins se convirtió en el primer jugador declarado abiertamente homosexual en la NBA. Hace 67 años Jackie Robinson fue el primer jugador de raza negra en jugar para las Ligas Mayores. Comparar estas dos situaciones es como brincar con el puro “vuelo” de lado a lado el Cañón del Colorado. Robinson es un héroe, lo de Collins una mera anécdota.
‘Soy negro, soy gay y juego en la NBA’…
Eso dijo Jason Collins el pasado mes de mayo, a sus 34 años y después de 13 temporadas en la NBA, anunciando paralelamente su retiro de las duelas.
La revista Sports Illustrated llevó la exclusiva en su edición del 29 de abril del 2013, causando cierto morbo y escándalo.
Muchos blogs, programas de radio y televisión y redes sociales tuvieron discusiones serias, otras en tono abiertamente de burla y mofa, muchos otros con el único fin de tratar de ganar adeptos y “rating”, hasta que la nota dio todo lo que tenía que dar y se fue diluyendo hasta casi derretirse por sí misma cuando nada repercutía.
Trece años jugando en la NBA sin “salir del clóset” y muchos nos cuestionamos el por qué de esta confesión tardía y a destiempo, cuando pudo ser de enorme trascendencia si lo hubiera hecho en algún momento de su larga carrera. Finalmente hace un par de días…
‘Alguien’ le pide jugar…
Y Jason se enrola en un contrato pequeñito, de esos que el sindicato aprueba para jugadores novatos o temporales, de solo 10 días con los Nets de Brooklyn.
El debut no se hace esperar y por “puritita coincidencia”, se da en el Staples Center de Los Ángeles, una comunidad con mentalidad y tendencia mas liberales que muchas otras con equipos NBA.
Al ser anunciado su nombre en el sonido local, provoca una enorme ovación, un respaldo absoluto a su brava decisión y una aceptación tácita a su nueva condición dentro del Sindicato, y particularmente de los Nets de Brooklyn.
Sus números y aportación en la duela seguramente no van a asustar a nadie, sin embargo, el haber roto el mito de ser un homosexual confeso en los vestidores de la NBA, y de paso de todos los deportes profesionales en Estados Unidos, sí que va a repercutir en grande.
Los comisionados, los dueños de los equipos, los jugadores que aún no se atreven a confesar abiertamente sus preferencias por miedos, tabúes y repercusión verán ahora con ojos y mentalidad diferentes este tema que por sí mismo merece respeto y tolerancia.
Sin embargo, una cosa es decirlo y otra muy diferente aceptarlo dentro de la intimidad del equipo, habrá que ver estas reacciones en momentos críticos, en discusiones acaloradas dentro del vestidor y en la cancha, cuando las mentes ofuscadas por la ira o frustración de una mala decisión, una falla, un error arbitral, permitan aflorar esos complejos machistas y racistas en insultos de los que, seguramente, minutos después habrá disculpas tardías.
Los novatos…
Talentosos de la comunidad gay tienen ahora en la valiente actitud de Jason Collins también un referente importante, alguien que será el que abra paso, la punta de lanza, hay muchos ojos puestos no solo en Collins sino en las reacciones de sus compañeros de equipo.
Su entrenador, el legendario Jason Kidd quien en su momento fuera compañero de equipo, minimizó el tema señalando que estaría en observación en su desempeño para saber si se va o se queda después de estos 10 días.
Sabe que no se puede esconder este tema nada mas por qué si, afortunadamente estamos en el siglo 21, el mundo ha cambiado, somos mas abiertos y tolerantes aunque los grupos más conservadores y radicales harán su propia tarea ofensiva.
Pau Gasol, el estrella español de los Lakers comentó al final del juego que ganaron los Nets en Los Ángeles: “Habrá que felicitarle por su valentía, está haciendo historia”, dejando al hoy coach Jason Kidd en ridículo por evadir el verdadero tema de la contratación de Collins.
Gimnasia y magnesia
Hay quien pretende comparar esta contratación con aquella de hace 67 años, en abril de 1947, cuando los Dodgers entonces en Brooklyn, deciden contratar a Jackie Robinson para convertirlo en el primer jugador de raza negra en jugar en las Grandes Ligas.
Aquello sí que fue un acto heróico provocado por muchos factores, incluido el económico.
Entonces se jugaba beisbol en dos ligas mayores, las Grandes Ligas tradicionales y las “Negro League”, que comenzaban a ganar mercado a pasos agigantados.
Luego la realidad social de atraer a la comunidad negra a seguir a “Las Mayores”, y ya después los temas de integración paso a paso, de igualdad y de derechos humanos, por esto se eligió a Jackie Robinson, no por ser el mejor sino por tener un carácter fuerte y templado.
Hubo corte marcial
A su paso por la US ARMY durante la Segunda Guerra Mundial, Jackie tuvo que enfrentar a una Corte Marcial en un juicio por negarse a viajar en la parte trasera de un autobús, que entonces era el lugar destinado a los de su raza, a pesar de la orden directa de un superior del ejército.
La corte lo absuelve con un pequeño castigo.
En 1945 Jackie se incorpora a la “Negro League” con los Kansas City Monarchs, un año después el nuevo Comisionado de Grandes Ligas hace el anuncio, consensado con los dueños de los equipos, de abrir la puerta a jugadores de raza negra.
El miedo no anda en burro
Y que no les cuenten ni en película que ésta fue una acción en pro de los derechos humanos.
Recordemos que fue hasta mediados de los 50, específicamente en 1955, cuando la muy valiente Rosa Parks, mujer de raza negra, desafía estas reglas iniciándose así el movimiento en pro de los derechos civiles de esta raza en Estados Unidos, que culminaría con el vil asesinato de Martin Luther King, un campeón de la democracia y los derechos civiles, en 1968.
Las Ligas Mayores tomaron su decisión al darse cuenta que la comunidad de raza negra no acudía a sus estadios al tener “sus” propios” en la “Negro League”, que desaparecieron pocos años después.
Jackie Robinson es un verdadero héroe al asumir su rol desde antes de incorporarse a las Mayores.
Insultos, vejaciones, agresiones, amenazas, escupitajos, segregación y humillaciones se dieron por racimos en los Dodgers y en todos lados hasta que, un par de años después, la costumbre hace la regla y los jugadores de raza negra se integran, se apoyan, se protegen y crecen hasta mostrar con sus números en el terreno de juego que son tan o más capaces que sus “compañeritos blancos”.
Un abismo…
Es lo que separa a estas dos acciones valientes. Lo de Jason Collins hubiera tenido un valor inmenso si lo hace al ingresar a la NBA, hoy es solo un hecho anecdótico, mediático, por supuesto comercial, aunque no podemos negar su importancia capital.
Lo de Jackie Robinson, eso sí que lo rebasa todo, heróico es lo menos para el jugador. Para las Grandes Ligas, un tema de sobrevivencia.. Así de fácil.