La medalla de bronce que consiguió Mark McMorris ayer en los juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang es tan satisfactorio como irreal, pues si hace 11 meses le hubieran dicho que se recuperaría de un terrible accidente que lo tuvo al borde de la muerte, para posar en el podio de este torneo, juraría que era una broma, aunque ahora es toda una realidad.
El representante de Canadá en la categoría de snowboard ganó el segundo bronce olímpico en su carrera, luego de que en marzo de 2017 sufrió fracturas de brazo, mandíbula, pelvis y costillas, ocasionándole que uno de sus pulmones colapsara tras chocar con un árbol cuando grababa un video de sus saltos para redes sociales, dejando su carrera en suspenso, pues en ese momento el pronóstico no era tan alentador y era casi un hecho que no volvería a hacer deporte.
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“Probablemente no debería de estar aquí, es algo irreal, necesito darme un pellizco para darme cuenta que es verdad. Realmente pensé que iba a morir en ese accidente y ahora es diferente”, dijo el canadiense de 24 años tras conquistar su presea.
Y es que el camino que tuvo que recorrer McMorris no fue fácil, ya que pasó meses en una cama, con una máquina de oxígeno que le ayudaba a respirar. En ese momento, las únicas extremidades que podía mover eran las manos, con las que comenzó su recuperación.
“Me comunicaba escribiendo, lo único que pasaba por mi cabeza era si podía volver a montar una tabla, así que lo expresaba y cuando me decían que sí, sonreía y me motivaban”, explicó.
Tras dos cirugías exitosas, el canadiense volvió a las practicas meses antes para poder clasificar y participar en PyeongChang 2018 donde en su primera aparición en el certamen logró subir al podio.
X-Games, su especialidad
Mark McMorris se ha convertido en referente de este torneo, ya que desde 2012 ha conquistado 16 medallas en total, de las cuales 7 son de oro, 6 de plata y 3 de bronce, la última presea de oro la ganó el año pasado en la edición de Noruega.