Yelena Isinbayeva, la ‘zarina’ de las alturas
Yelena Isinbayeva se encargó de poner el salto de pértiga en la mira del mundo, con una imponente figura y talento, la rusa no pudo tener una despedida olímpica digna por las trampas de su país
Ricardo ResendiLa pértiga, como instrumento de vuelo, debe ser utilizada con maestría para desafiar las alturas sin riesgo a un descenso precipitado. Yelena Isinbayeva, la última ‘zarina del atletismo’, es la única mujer que se ha elevado hasta 5.06 metros por encima del listón para establecer una marca universal.
Aunque su incursión en el deporte tuvo lugar en la gimnasia, la cual practicó durante diez años, la naturaleza evitó que se mantuviera por el camino equivocado, encontrando en el salto con pértiga su talento más grande.
Sus comienzos le habían otorgado un control corporal fuera de lo común que, aunado a una estatura de 1.75 metros y una portentosa musculatura, le permitieron captar rápidamente los reflectores del atletismo mundial.
El deporte de la pértiga era un gran desconocido dentro del ámbito femenino y el programa mundial y olímpico; sin embargo, Yelena Isinbayeva le dio color a su tierra natal, Volgogrado, antiguo Stalingrado, proclamándose campeona del mundo juvenil en 1999 y repitiendo la hazaña en el 2000.
Pese a que con tan sólo 18 años, y un futuro promisorio, no logró su clasificación a los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, la ‘zarina del atletismo’ inauguró con una marca de 4.82 metros una carrera llena de éxitos.
En Atenas 2004, meca del olimpismo, la deportista rusa consiguió encender una llama de supremacía que duraría más de 10 años, estableciendo una plusmarca mundial de 4.91 metros.
Fue en 2009, una semana después de fracasar en el Mundial de Berlín 2009, cuando Isinbayeva estableció el récord actual de 5.06 metros, en Suiza. Con dos oros olímpicos, cinco mundiales, tres premios a la mejor atleta del año por la IAAF y dos premios Laureus a la mejor deportista del año, Yelena Isinbayeva carga la corona como la reina del salto con pértiga.
Pese a que los Juegos de Río 2016 parecían ser el escenario perfecto para ponerle fin a una trayectoria prácticamente perfecta, la sanción al equipo ruso por continuos escándalos de dopaje terminaron por truncar su carrera.