Blackstone apuesta por México
Ayer, Donald Trump revivió su amenaza de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en caso de que no se apliquen cambios significativos al acuerdo.
Sin embargo, horas antes, Blackstone, una firma que administra 367 mil millones de dólares en activos, realizó una apuesta de alto perfil a favor de la plataforma de exportación de manufacturas de México.
Rodrigo Carbajal
Ayer, Donald Trump revivió su amenaza de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en caso de que no se apliquen cambios significativos al acuerdo.
Sin embargo, horas antes, Blackstone, una firma que administra 367 mil millones de dólares en activos, realizó una apuesta de alto perfil a favor de la plataforma de exportación de manufacturas de México.
La compañía concretó la adquisición de EagleClaw Midstream, una empresa de servicios de extracción y transportación de gas que opera en la cuenca Permian en Texas. La transacción se pactó en 2 mil millones de dólares.
Blackstone pretende capitalizar el boom de petróleo shale de la región para producir cantidades extensivas de gas shale.
David Foley, director general del fondo Blackstone Energy Partners, el vehículo de inversión de la adquisición, dijo a la agencia Bloomberg que la exportación de gas representa la fuente de mayor crecimiento para la demanda de gas natural en Estados Unidos. En referencia a México, Foley expresó que “este activo está en la puerta de al lado”.
La producción manufacturera de México es uno de los pilares que han hecho de América del Norte una de las regiones más competitivas del mundo. Si el boom de gas de la cuenca Permian se consolida, la industria mexicana tendría acceso a gas a precios que probablemente serán los más competitivos de energía a nivel global.
El proyecto representa una de las mayores apuestas del portafolio de energía de Blackstone. Desde el 2011, los dos fondos de la firma dedicados a invertir en proyectos energéticos han recaudado 7.4 mil millones de dólares en capital.
Actualmente, la región Permian produce un cuarto del gas natural que se genera en Estados Unidos. Foley espera que la capacidad para procesar gas de EagleClaw Midstream se incremente en cinco veces en los siguientes cinco años.
Pero el crecimiento podría ser mayor. El ascenso de la industria petrolera es prueba de ello. Hoy en día, la región produce 700 millones de barriles de crudo diariamente. Scott Sheffield, fundador de Pioneer Respurces, considera que la producción de la cuenca Permian podría alcanzar hasta 10 millones de barriles de petróleo diarios, que la convertiría, según sus palabras, “en la nueva Arabia Saudita”.
Si el “gas asociado”, término de la industria que hace referencia al gas extraído con la producción de petróleo shale, sigue este ritmo, México se encontraría a la puerta de una zona de generación de gas que aseguraría precios energéticos competitivos durante toda una generación.
Oleada de adquisiciones
Los operadores de la industria shale de Estados Unidos que sobrevivieron al colapso de los precios de los hidrocarburos de 2014 salieron fortalecidos: se volvieron más eficientes y redujeron su estructura de costos.
Esto se ha reflejado en una oleada reciente de adquisiciones, tendencia que se ha acentuado en la cuenca Permian. Tan sólo en los últimos tres meses, Targa Resources y Western Gas Partners realizaron la compra de empresas con infraestructura para la transportación de gas natural desde esta región.
Además, ésta no es la primera vez que una empresa que invierte en la cuenca Permian vuelve a México el eje central de su modelo de negocios. En marzo, Raven Petroleum anunció la construcción de dos refinerías en Texas para la exportación de gasolina a México.