Desde abajo
Este multimillonario no es un caso de herencia. Hijo de un empleado ferroviario, Amancio comenzó de repartidor en una camisería local.
Al poco tiempo comenzó a vender lencería y batas hechas en su propia sala bajo el nombre de Confecciones GAO.
En 1975 abre la primera tienda Zara en La Coruña, compañía que maneja 16 temporadas de ropa al año.
Hermético recluso
A pesar de ser el hombre más rico de España y el quinto en la lista Forbes por su imperio textil,
Ortega es una persona privada.
Jamás ha concedido una entrevista y según cuentan, no ha asistido a reuniones ni con el rey o el presidente. De hecho, hay muy pocas fotos públicas de él. Cuando salió a bolsa Inditex, su empresa matriz, hizo una aparición forzosa de solo 20 minutos.
Hombre sencillo
A pesar de haber estado al frente de una empresa con sucursales en todo el mundo, Amancio detesta el vocabulario financiero, según comentan sus allegados.
Jamás se le ha visto con una corbata salvo en su boda y prefiere hablar de moda y diseño que planes de expansión.
Labores de caridad
Marcos, el único hijo varón de su primer matrimonio, nació con una discapacidad, por lo que el empresario inicio la Fundación Paideia que busca dar oportunidades laborales a personas con esos padecimientos.
En el 2001 promueve la fundación Amancio Ortega que invierte en proyectos de ciencia y tecnología.
Descanso merecido
En julio de 2011, ya de 74 años y en momentos en que Inditex se encontraba funcionando de manera estelar, Amancio anunció su retiro mediante una escueta nota a sus 98 mil empleados.
En buena salud, Amancio puede retirarse a disfrutar de sus múltiples propiedades en París, Madrid, Londres y Miami.