La ofensiva de la Unión Europea contra las grandes tecnológicas se ha convertido en su deporte favorito, lo cual ha sido cuestionado porque lo que es calificado como una represión fiscal proviene de quien abandera el libre comercio y la tecnología, en detrimento del desarrollo y la innovación.
Otro capítulo en esta lucha está por conocerse cuando la Comisión Europea decida la multa contra Amazon sobre el polémico convenio fiscal celebrado con Luxemburgo, el centro neurálgico de sus operaciones europeas, y que le ha permitido diferir el pago de unos 3 mil millones de euros en impuestos, según un reporte de Financial Times.
El monto de la multa no fue revelado por el medio, al citar que Bruselas trabaja en un plan para poner fin a los huecos legales que permite a compañías estadounidenses ahorrarse miles de millones de euros en impuestos.
La investigación oficial por el acuerdo fiscal con Amazon arrancó en octubre de 2014, al cuestionar el convenio que Luxemburgo firmó en 2003 con la compañía, y que limita los impuestos que paga.
La acusación consiste en una tasa por el uso de derechos de propiedad intelectual del grupo, que reduce los impuestos a pagar porque una filial no está sujeta al impuesto de sociedades.
Para frenar lo que es llamado un dumping fiscal entre los países miembros del bloque europeo, algunos de sus socios como España, Francia, Alemania e Italia promueven una tasa de compensación por los ingresos generados en Europa por las empresas tecnológicas y que refleje mejor lo que suponen que las compañías deberían pagar en el impuesto de sociedades.
Los acuerdos impositivos para favorecen a compañías de distintos sectores han sido cuestionados; sin embargo, la Comisión Europea planea otra investigación contra McDonald´s, que en diciembre decisión cambiar su sede fiscal a Reino Unido.
Se aproxima una tormenta
La figura de Margrethe Vestager se ha convertido en el verdugo de las grandes tecnológicas porque la comisaria de competencia de la Unión Europea multó con 13 mil millones de euros a Apple por el uso de acuerdos fiscales en Irlanda.
La idea es poner un alto a las compañías tecnológicas que aprovechan el sistema impositivo de países de la Unión Europea.
El caso de Amazon es el cuarto de los grandes procesos contra tecnológicas en la Unión Europea porque ya se llegó a sentencias contra Apple en Irlanda; lo mismo ocurrió con Starbucks en los Países Bajos, y Amazon y Fiat en Luxemburgo.
De acuerdo al Financial Times, en una década las operaciones de Amazon en Europa han tenido beneficios netos por unos 11 millones de euros, lo que representa una cantidad sospechosa al compararse con los ingresos que han superado los 60 mil millones de euros.
Aunque ninguna de las partes involucradas en la investigación han fijado una postura, lo cierto es que se aproxima una tormenta, concluyó el informe.
Por otro lado, la industria tecnológica ha captado la atención por el caso de Facebook y la injerencia rusa.
La sospecha contra Amazon
El pago de impuestos atrasados por Amazon en Europa, según el Financial Times, asciende a 3 mil millones de euros