América Móvil sufre en Colombia
Según Bloomberg, la semana pasada el represente de Carlos Slim aseguró que su jefe, el hombre más rico del mundo, tomó un vuelo a Cartagena, Colombia.
Lo que es seguro es que fue uno de sus vuelos menos placenteros. El propósito era evidente: detener el freno que América Móvil podría enfrentar en Colombia.
En este país Slim controla el 60 por ciento del mercado de telefonía celular a través de su compañía América Móvil.
Aunque está por detrás del 70 por ciento que controla en México, es una cuota de mercado bastante alta.
Alberto Morales
Según Bloomberg, la semana pasada el represente de Carlos Slim aseguró que su jefe, el hombre más rico del mundo, tomó un vuelo a Cartagena, Colombia.
Lo que es seguro es que fue uno de sus vuelos menos placenteros. El propósito era evidente: detener el freno que América Móvil podría enfrentar en Colombia.
En este país Slim controla el 60 por ciento del mercado de telefonía celular a través de su compañía América Móvil.
Aunque está por detrás del 70 por ciento que controla en México, es una cuota de mercado bastante alta.
Preocupado por la falta de competencia en el país, el senador Jorge Robledo, líder de la oposición en el senado colombiano, ha propuesto poner un tope de 30 por ciento en la cuota de mercado que una empresa puede tener (hace falta que den a conocer alguna explicación racional de porqué fue elegido este porcentaje de mercado).
En caso de que esto ocurra, la empresa tendría que separarse en compañías más pequeñas.
Además, en la subasta de licitaciones de radio 4G que el gobierno está por realizar, se publicó que América Móvil no estará dentro de la oferta, con motivos de controlar su tamaño de mercado.
Es verdad que tanto en el caso mexicano como en el colombiano hay aspectos sumamente negativos en el hecho de que exista una empresa con un poder monopólico tan fuerte.
La capacidad de tener precios altos afecta el ingreso de los hogares, sobretodo de aquellos más pobres.
Además fomenta la posibilidad de que se generen altas barreras a la entrada, disminuyendo el incentivo de las demás empresas de invertir e innovar en el mercado.
Los contras del control
La manera en que se está buscando restar el poder monopólico puede traer consecuencias negativas para la economía del país.
José Otero, analista en una consultora de telecomunicaciones expresa en dos argumentos muy sencillos la razón de esto.
Por un lado los consumidores con menos ingresos son los que se verán más afectados, ya que en caso de tener que renunciar a una porción del mercado, primero se desharía de aquellos que les genere menor ingreso a la compañía.
Así, las zonas rurales podrían llegar a perder cobertura y existiría mayor rezago por falta de comunicación.
En segundo lugar, en caso de que todas las compañías aspiren solo al 30 por ciento de mercado se reduciría (o borraría por completo) el incentivo de seguir innovando para poder crecer.
Gracias al segundo argumento podemos ver que la medida carece de lógica económica.
Por un lado, para que las compañías lleguen a tener niveles similares de cuotas de mercado, las empresas tendrían que generar tecnologías similares para tener niveles de costos
parecidos.
Esto no se va a lograr simplemente por medio de la reforma de competencia.
¿Sentencia final?
En este, y otros mercados, habrá un freno en el incentivo de innovar y crecer, como menciona Otero.
Imaginemos el caso de que cuatro empresas logren tener el 25 por ciento del mercado.
Ninguna tendrá el incentivo de seguir invirtiendo para crecer, ya que está cerca del techo.
En este caso, las empresas probablemente sí tendrán estructuras de costos similares, por lo que a final de cuentas serán cuatro gigantes que tengan prácticas oligopólicas, muy similares a las que existen en el mercado actual de telefonía.
Además se perderá en gran sentido la eficiencia del mercado, ya que América Móvil cuenta con la mejor infraestructura.
En caso de que la compañía se divida, el aprovechamiento de las economías de escala (capacidad de producir masivamente a bajos costos) se reducirá y el consumidor también se verá afectado por esto.
Poner un límite a lo que las empresas pueden hacer, además de que es básicamente reducir la libertad, es un error económico.
Es verdad que se debe combatir a los poderes que generan daños al bienestar social, pero se debe de hacer por el método adecuado.
La inversión en investigación es crucial para que las empresas logren reducir costos.
Añadiendo la capacidad de innovación que se generaría, las empresas podrían reducir el poder de mercado de América Móvil.
Negar la posibilidad de que esta empresa licite para tener el sistema 4G es una discriminación de mercado que también es negativa.
Como dijo Juan Carlos Archila, presidente de la compañía sobre la regulación que se está gestionando: “Básicamente están sentenciando a la compañía a una lenta muerte”.