La opción nuclear

Donald Trump tiene la intención de retirar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si las negociaciones con México y Canadá fallan. También puede sorprender al mundo al ejercer el recurso de la seguridad nacional para imponer aranceles sin atender los marcos regulatorios del comercio global vigentes.

Lourdes González Lourdes González Publicado el
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Fue la depreciación del peso durante abril, debido a la incertidumbre por la renegociación del TLCAN
“Estamos hartos de las quejas de Estados Unidos de que México le está robando empleos al sector manufacturero estadounidense. Somos parte de la solución que ha mantenido la competitividad de Estados Unidos frente a China”
Ildefonso GuajardoSecretario de Economía
La OMC impide que los países apliquen aranceles de manera discrecional, pero hacen una excepción para el caso de la seguridad nacional
“En los negocios prácticos de la vida, no es la fe la que salva, sino la desconfianza”
Napoleón BonaparteMilitar francés

Donald Trump tiene la intención de retirar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si las negociaciones con México y Canadá fallan. También puede sorprender al mundo al ejercer el recurso de la seguridad nacional para imponer aranceles sin atender los marcos regulatorios del comercio global vigentes.

Al inicio de la presente semana, el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, dijo que están esperando a que el Congreso de ese país delegue a la Autoridad de Promoción Comercial (TAP, por sus siglas en inglés) para dar paso al proceso de negociación.

La herramienta sobre seguridad nacional podría neutralizar las consideraciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que desde 1995 ha sido el principal árbitro de las disputas comerciales internacionales.

Esta posibilidad ha provocado reacciones de miedo en los académicos defensores del comercio basado en las reglas, siendo uno de ellos Chad Bown, del Instituto Peterson de Economía Internacional.

El especialista en comercio describe la ley de 1962 (llamada Trade Expansion Act) que el gobierno de Trump ha invocado como la “opción nuclear”, que le da al presidente una enorme discreción.

La OMC impide que los países apliquen aranceles de manera discrecional, pero hacen una excepción para el caso de la seguridad nacional.

James Bacchus, ex juez en jefe de la OMC, expuso que nadie conoce lo que significa y “nadie quiere saber lo que significa”.

Agregó que podría ser una caja de Pandora, para justificar cualquier tipo de restricción comercial.

Sin embargo, el 19 de abril, la administración de Trump decidió iniciar una investigación para determinar si las importaciones de acero representan una amenaza para la seguridad nacional de ese país.

Un estudio similar sobre las importaciones de aluminio también fue anunciada por el gobierno estadounidense.

El secretario de Comercio, Wilbur Ross estará a cargo de las indagaciones, que surgen de la preocupación de que las importaciones de metales a precios baratos debilitan las habilidades de Estados Unidos y su capacidad para construir una rápida acumulación militar de ser necesario.

Durante febrero y marzo, el lenguaje proteccionista de la administración de Trump se suavizó, pero las cosas comenzaron a cambiar de nuevo en abril. En primer lugar, hubo un deterioro en las relaciones geopolíticas entre Rusia y Estados Unidos, en relación a un ataque del gobierno estadounidense en contra del régimen sirio de Al-Assad.

También surgió la amenaza norcoreana, lo que llevó al presidente de Estados Unidos a tener acercamientos con China, a quienes al parecer daría trato preferencial en materia comercial, bajo el argumento de apoyar a suavizar las tensiones con Corea del Norte.

Trump prometió declarar a China como manipulador de divisas, pero esto no ha ocurrido, pese a que ya cumplió su primer trimestre en la Casa Blanca.

Esto ha obligado a la administración de Trump a buscar nuevos blancos que le permitan reciclar su narrativa disruptiva frente a su base electoral. En el caso reciente, los blancos elegidos han sido Canadá, México y el TLCAN.

TPP, punto de partida

México se ha pronunciado por renegociar el TLCAN tomando como punto de partida lo convenido en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), lo cual cobra importancia debido a la reunión que se celebra en Toronto, Canadá, que concentra a los negociadores de los miembros que quedan del pacto de 12 países, para impulsar el libre comercio en la región, tras la salida de Washington.

Con el retiro de Estados Unidos del TPP se puso fin a años de negociaciones y colocó a la región en la búsqueda de vínculos económicos.

Al tomar posesión de la Casa Blanca, Donald Trump sacó a su país del TPP, y se ha mostrado más renuente frente a los acuerdos multilaterales, al quejarse de acuerdos comerciales “ridículos”, que han dañado a la economía estadounidense.

El vacío que dejó Estados Unidos en el TPP intentó ser cubierto por Japón, al estar dispuesto a seguir adelante con el pacto porque fue demasiado tiempo, esfuerzo y capital político invertido para darlo por muerto; además que las normas comerciales alcanzadas en este acuerdo son valiosas para desperdiciarlas.

En una entrevista para el diario Financial Times, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, dijo que su despacho ha ventilado la opción de utilizar al TPP como referencia en la renegociación del TLCAN y que el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha reaccionado positivamente.

El ingrediente Canadá

En las últimas semanas del mes pasado, Trump acusó a Canadá de prácticas desleales de comercio, por lo que decidió implementar un arancel de 20 por ciento a las importaciones de madera blanda y amenazó con castigar de la misma forma a otros productos lácteos.

El regreso del lenguaje proteccionista incluyó varios comentarios negativos sobre lo que representó el “desastre” del TLCAN y la intención de abandonar el acuerdo comercial antes de establecer cualquier negociación.

En ese sentido, Trump revivió el interés de construir el muro fronterizo pagado por México, adoptando nuevamente una posición de confrontación.

El Congreso de Estados Unidos aprobó el presupuesto para evitar la parálisis del gobierno, pero excluyó los recursos para el muro.

Como resultado de esa incertidumbre, el peso mexicano perdió terreno en pocos días, para alcanzar el mes pasado un máximo. En febrero y marzo, el peso avanzó 3.47 por ciento y 6.88 por ciento, respectivamente,  pero en abril cerró con una depreciación de 0.52 por ciento.

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