Las importaciones de árboles de navidad procedentes de Estados Unidos acapararon el mercado mexicano. Esta situación no es reciente, desde hace más de cinco años se ha registrado este patrón, en 2018, al territorio mexicano ingresaron 643 mil 165 árboles estadounidenses, cifra que estuvo por encima de los de origen nacional, que alcanzaron los 466 mil 394 ejemplares, de acuerdo con la información de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Aunque aún no se da a conocer la cifra oficial del número de árboles que fueron importados para este año, México se enfrenta a una dura competencia, para esta temporada 275 plantadores de 12 entidades de la República disponen de una producción total de 553 mil 075 árboles para satisfacer la demanda a nivel nacional, según la Conafor.
Entre los estados productores a nivel nacional que cuentan con el mayor número de pinos se encuentran el Estado de México, con 321 mil, la Ciudad de México con 149 mil, Veracruz con 29 mil 575, Puebla con 16 mil 250, Michoacán que registró 15 mil 350, Guanajuato con una disponibilidad de 12 mil, Morelos con tres mil 300 ejemplares, Tlaxcala con dos mil 600, Coahuila con dos mil 500, Jalisco con 800, Querétaro con 400 y Tamaulipas con 300.
Aurelia Garza, colaboradora del proyecto Cascanueces del Bosque de los Árboles de Navidad en Amecameca, asegura que en la actualidad la oferta que hay a nivel nacional de pinos mexicanos no es suficiente para satisfacer la demanda de toda la población, por lo que los ejemplares que llegan de Estados Unidos y de Canadá de alguna manera ayudan a cumplir con este propósito.
Asimismo, comenta que la mayor parte de los árboles que provienen del extranjero se venden en establecimientos como Walmart y tiendas departamentales, en la mayoría de las ocasiones, a más del triple de su precio. Mientras que un árbol de producción nacional se consigue por un precio que va de los 500 a los 795 pesos, por un ejemplar del extranjero las personas terminan por pagar entre dos mil y cinco mil pesos.
“Otro de los factores que influye en una baja producción de árboles navideños es que la gente que se quiere dedicar a la siembra no es paciente o no cuenta con los recursos suficientes para hacer una inversión por 10 años sin recibir una ganancia. Para que sea un negocio rentable, los productores deben de esperar mínimo siete años a que se les dé su primera cosecha”, detalla Garza.
El otro problema de los árboles de navidad
En la última década, los negocios que se encuentran en zonas forestales y que se dedican a la siembra de pinos han sido víctimas de la delincuencia, pues cientos de ejemplares cada año son robados.
Aurelia Garza argumenta que el hurto de este tipo de árboles se ha vuelto una constante en los últimos cinco años.
“Ya sabemos que cuando se acerca la temporada tenemos que invertir más en vigilancia para que nuestras plantaciones estén a salvo. La gravedad de este problema radica en que no tenemos pruebas para demostrar un robo, tampoco podemos marcarlos, pues sería algo fácil de replicar. Hemos intentado poner una demanda pero te piden cosas imposibles de conseguir”.