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Auditoría vaticana

Quizá empujado por dos libros que contienen escandalosas alegaciones de corrupción en el Vaticano, el Papa Francisco anunció ayer la creación de un panel de auditoría que realizará una investigación sin precedentes de las instituciones financieras de la Santa Sede.

El panel, formado a sugerencia del cardenal australiano George Pell, reunirá a las secretarías de Economía y de Estado del Vaticano, junto con el Banco del Vaticano y otras agencias.

PwC, Deloitte & Touche, EY y KPMG podrían pronto recibir una llamada del Vaticano para apoyar con la auditoría sin precedentes de las finanzas de la Santa Sede

Quizá empujado por dos libros que contienen escandalosas alegaciones de corrupción en el Vaticano, el Papa Francisco anunció ayer la creación de un panel de auditoría que realizará una investigación sin precedentes de las instituciones financieras de la Santa Sede.

El panel, formado a sugerencia del cardenal australiano George Pell, reunirá a las secretarías de Economía y de Estado del Vaticano, junto con el Banco del Vaticano y otras agencias.

Danny Casey, director de la oficina del cardenal Pell en la Secretaría de Economía, dijo en entrevista con Bloomberg que el Papa Francisco indicó al panel “dirigirse a los retos financieros e identificar cómo pueden ser dedicados más recursos a las buenas obras de la iglesia, especialmente el apoyo a los pobres y vulnerables”.

Casey además indicó que el nuevo panel buscará los servicios de una de las cuatro mayores firmas de contaduría del mundo para realizar una auditoría de la administración de recursos de la iglesia, incluyendo sus inversiones, bienes raíces, y activos culturales. 

Esto último quiere decir que PricewaterhouseCoopers, Deloitte & Touche, Ernst & Young y KPMG podrían pronto recibir una llamada del Vaticano.

Fortunas eclesiásticas

El propio cardenal Pell estima que los activos cotizables del Vaticano alcanzan un total de más de 3 mil millones de dólares, sin tomar en cuenta los 6.4 mil millones de dólares en depósitos y activos bajo administración en manos del Instituto para las Obras de Religión, mejor conocido como el Banco del Vaticano.

Sin embargo, los libros que desataron el más reciente escándalo, y que provocaron el juicio (aún en curso) de cinco funcionarios por revelar documentos confidenciales de la Santa Sede, estiman que las fortunas del Estado Vaticano son mucho mayores. 

Emiliano Fittipaldi, reportero de la revista L’Espresso, estima en su libro “Avaricia” que tan solo las propiedades de bienes raíces de la iglesia tiene un valor de 4 mil millones de euros – casi cuatro veces por encima de su valor contable registrado.

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