Avanza compra de SABMiller

Anheuser-Busch InBev (AB InBev), la más grande cervecera del mundo, logró un avance en sus planes de fusionarse con SABMiller, su mayor competidora.

La empresa multinacional, propietaria de Grupo Modelo desde el 2013, anunció que aceptará una oferta por parte de Asahi, la mayor cervecería de Japón, para adquirir las marcas Grolsch, Peroni y Meantime por el equivalente a casi 3 mil millones de dólares.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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millones de dólares el precio por el cual AB InBev le venderá las marcas europeas Grolsch, Peroni y Meantime a la cervecera japonesa Asahi
Las ventas de activos por parte de AB InBev y SABMiller están diseñadas para reducirlos riesgos de que reguladores de competencia económica bloqueen su fusión

Anheuser-Busch InBev (AB InBev), la más grande cervecera del mundo, logró un avance en sus planes de fusionarse con SABMiller, su mayor competidora.

La empresa multinacional, propietaria de Grupo Modelo desde el 2013, anunció que aceptará una oferta por parte de Asahi, la mayor cervecería de Japón, para adquirir las marcas Grolsch, Peroni y Meantime por el equivalente a casi 3 mil millones de dólares.

Ésta sería la mayor adquisición en la historia de Asahi, y su mayor expansión hacia el extranjero. Esto ayuda a la empresa a volverse menos dependiente de su mercado doméstico, el cual sigue siendo valioso pero se encuentra en declive debido al envejecimiento poblacional japonés.

Las ventas de activos por parte de AB InBev y SABMiller, cuya fusión está valuada en 108 mil millones de dólares, están diseñadas para reducir los riesgos de que reguladores de competencia económica alrededor del mundo bloqueen la creación de un actor económico preponderante en el mercado cervecero.

Megacervecera en potencia

De concretarse, la empresa resultante de esta megafusión tendría la posición número uno o dos en 24 de los 30 mayores mercados cerveceros del mundo, vendería aproximadamente una de cada tres cervezas consumidas en el mundo, y capturaría alrededor de la mitad de las ganancias de este sector.

Pero si los planes de fusión no proceden, AB InBev tendrá que pagarle a SABMiller 3 mil millones de dólares como penalización, y ambas empresas habrían perdido meses de trabajo y millones de dólares adicionales dedicados a este proyecto.

Además de las ventas a Asahi, que están condicionadas sobre el éxito de los planes de comprar a SABMiller, AB InBev acordó crear un fondo de 69 millones de dólares para impulsar a la industria cervecera de Sudáfrica y así asegurar el apoyo de los reguladores de este país.

Por su parte, SABMiller vendió su participación accionaria de 49 por ciento en Snow, la mayor cervecería de China, por 1.6 mil millones de dólares, y vendió su participación de 58 por ciento en MillerCoors por 12 mil millones de dólares a su socio canadiense Molson Coors Brewing.

Congelan fusiones

Los temores de un bloqueo regulatorio en los planes de AB InBev y SABMiller no están infundados, ya que ésta no sería la primer megafusión que se viene abajo este año debido a estos motivos.

A inicios de este mes Pfizer, el gigante farmacéutico estadounidense, anunció que no procedería con sus planes de fusionarse con la irlandesa Allergan por 160 mil millones de dólares – una operación que hubiese creado a la mayor empresa de este rubro en el mundo.

Sin embargo, la razón de este bloqueo regulatorio tuvo menos que ver con competencia económica que con motivos fiscales: la fusión hubiese permitido cambiar el domicilio fiscal de Pfizer a Irlanda, donde sus ganancias hubiesen recibido una tasa impositiva mucho menor que en Estados Unidos.

Buscando frenar este tipo de fusiones evasivas, conocidas como inversiones corporativas, las autoridades fiscales de Estados Unidos anunciaron cambios regulatorios que volvían a los planes de Pfizer mucho menos atractivos.

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