Deutsche Bank se ha convertido en la preocupación de más alto perfil para el sistema financiero global. En la última semana, las acciones del mayor banco de Alemania han perdido el 10.42 por ciento de su valor. Tan sólo ayer, los títulos de la firma cayeron 6.5 por ciento para acumular un rendimiento negativo de 52.46 por ciento en lo que va del año.
El deterioro de Deutsche Bank pone de relieve la salud de una industria que se ha modificado sustancialmente desde la crisis global de 2008. El colapso de Lehman Brothers, que generó una fractura sistémica en los mercados financieros, legó un nuevo marco regulatorio que ha mermado la capacidad de los bancos para producir ingresos.
Además del endurecimiento del escrutinio regulatorio, que limita la participación de los bancos en actividades especulativas y les exige mayores colchones de capital, el escenario de bajas tasas de interés pesa sobre las grandes instituciones financieras. En el caso de Europa, gran parte de los activos de renta fija del continente se han emitido a tasas negativas, comprometiendo la habilidad de los bancos para generar flujos sostenidos de ingresos.
Ante la situación de Deutsche Bank, analistas se cuestionan si los reguladores han sido demasiado duros con la industria bancaria, creando los riesgos sistémicos que buscaban limitar en primera instancia.
El aceleramiento en la debacle de Deutsche Bank deriva de la imposición de una multa de 14 mil millones de parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos por manipulación de tasas de interés y de mercados de divisas. Aunque el banco alemán ha dicho que no pagará una cantidad de esa magnitud, incluso una rebaja del 50 por ciento de esa multa implicará un riesgo para la sostenibilidad de la estructura de capital de la institución. El valor de capitalización de mercado de Deutsche Bank es de alrededor de 15.7 mil millones de dólares.
Frente a la emergencia, el gobierno alemán comunicó que no preparaba ningún tipo de plan de rescate. Lo que exacerbó la caída de las acciones de Deutsche Bank, que tocaron mínimos históricos esta semana.
El consenso de analistas señala que la quiebra del banco es una posibilidad muy remota, de modo que un evento disruptivo de la magnitud del colapso de Lehman Brothers ha sido referido como un improbable riesgo de cola.
En verano, el Fondo Monetario Internacional publicó un reporte en el que estableció que Deutsche Bank era el mayor contribuyente neto de riesgo sistémico. Los activos del banco están valuados en alrededor de 2 billones de dólares. Asimismo, la institución mantiene una compleja interconexión con otras instituciones financieras globales, particularmente con firmas europeas que se encuentran vulnerables frente a la coyuntura actual de la industria.
Opciones de salida
El consenso de analistas considera que Deutsche Bank sufrirá episodios de estrés en el corto plazo, pero está lejos de enfrentar una crisis de liquidez o una corrida bancaria.
El miércoles, el banco vendió su negocio de seguros en Reino Unido, Abbey Life, por 1.2 mil millones de dólares. La medida pretende mejorar la estructura de capital del banco para enviar señales de resiliencia al mercado.
Por otra parte, Deutsche Bank está negociando una reducción de la multa que le ha impuesto el Departamento de Justicia. También, se encuentra evaluando, como último recurso, la venta de su valioso negocio de administración de activos; así como una posible fusión con Commerzbank, el segundo mayor banco de Alemania.