La banca fuerte de México

México representa la brillante excepción de una industria bancaria mundial que se encuentra en medio de una costosa transición. Mientras que los principales bancos globales reducen sus operaciones emergentes y se concentran en sus negocios esenciales, la banca mexicana emerge como un oasis de crecimiento y rentabilidad. 

 

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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es la tasa de retorno al capital de los bancos mexicanos, superior al benchmark global
Esta inyección de capital refleja nuestro compromiso con México. Estoy satisfecho con el claro progreso logrado en el país y evidencia de ello son nuestros más recientes resultados financieros” 
Stuart GulliverDirector general de HSBC

México representa la brillante excepción de una industria bancaria mundial que se encuentra en medio de una costosa transición. Mientras que los principales bancos globales reducen sus operaciones emergentes y se concentran en sus negocios esenciales, la banca mexicana emerge como un oasis de crecimiento y rentabilidad. 

 

En la última semana, las matrices de dos de los mayores cinco bancos comerciales del país anunciaron inversiones de alto perfil en sus subsidiarias mexicanas. 

 

Michael Corbat, director general de Citi, comunicó que el banco invertirá 25 mil millones de pesos en Banamex durante los siguientes cuatro años. La medida pretende hacer del banco mexicano, que cambió su nombre a Citibanamex, punta de lanza para atender las necesidades bancarias de una creciente clase media. 

 

La apuesta por México marca una diferencia respecto a la estrategia de desinversión de Citi, que ha vendido la mitad de sus 50 subsidiarias de banca de consumo a nivel global. 

 

Al respecto, Moody’s, una firma calificadora, refirió: “La iniciativa contrasta fuertemente con la retirada de Citi de su negocio de venta al por menor en otros países de América Latina en los últimos años.”

 

Además, el anuncio de esta inversión puso fin a las crecientes especulaciones de analistas que auguraban que Citi buscaba vender su subsidiaria mexicana.

 

El martes, HSBC dio a conocer que inyectó 5.5 mil millones de pesos en capital a su filial en México. 

 

Al igual que en el caso de Citi, la decisión diverge de la estrategia del banco de liquidar sus operaciones en otros países emergentes. El año pasado, HSBC vendió sus subsidiarias en Brasil y en Turquía. 

 

“Esta inyección de capital refleja nuestro compromiso con México”, señaló Stuart Gulliver, director general de HSBC. “Estoy satisfecho con el claro progreso logrado en el país y evidencia de ello son nuestros más recientes resultados financieros”, agregó. 

 

Ante la oleada de reestructuraciones en la industria, analistas de UBS dijeron en febrero de este año que esperaban que HSBC pusiera en venta su unidad mexicana a finales del 2016. 

 

Hoy, la dirección de HSBC también ha puesto fin a estas especulaciones. “HSBC es el socio perfecto para México y estamos seguros que estos recursos nos permitirán continuar con el crecimiento positivo que hemos registrado en los últimos trimestres en nuestra operación del país”, dijo Nuno Matos, director general de HSBC México. 

 

Estable, rentable, en crecimiento

 

El historial de rentabilidad de la banca mexicana no es nuevo. Esto fue puesto de relieve con la crisis global de 2008 en la que los principales bancos transnacionales estuvieron sujetos a un estrés financiero que puso en entredicho su supervivencia. 

 

En el segundo trimestre de 2009, Banamex aportó más del 30 por ciento de los ingresos de Citi, un banco que tuvo que ser rescatado por las autoridades estadounidenses con fondos públicos. 

 

Asimismo, la unidad mexicana de BBVA aportó 45 por ciento de las utilidades que registró la matriz española en el 2014. En los últimos tres años, BBVA ha invertido cerca de 3.5 mil millones de pesos en su filial de México. 

 

Analistas coinciden en que la tasa de retorno al capital promedio de los bancos mexicanos es de alrededor del 15 por ciento, superior a la tasa objetivo de retorno al capital que instituciones como Citi imponen a sus subsidiarias de banca de consumo.

 

Pese a que la economía de México ha crecido a una tasa anual promedio de 2.3 por ciento en las últimas tres décadas y a que el país cuenta con un bajo nivel de bancarización, aún para estándares emergentes, la inyección de capital en los bancos mexicanos denota buenas perspectivas de crecimiento en la industria. 

 

HSBC espera que su filial mexicana alcance una utilidad de 600 millones de dólares en el siguiente año. 

 

Por otra parte, el sistema bancario mexicano ha sido distinguido por sus altos niveles de capitalización. México fue el primer país en implementar las reglas de capital Basilea III que surgieron como respuesta a la debacle del sistema financiero en el 2008. 

 

Club selecto

 

La banca mexicana cuenta con muchas cualidades. La competencia no es una de ellas. 

 

En México, el sector bancario se encuentra altamente concentrado. Las cinco mayores instituciones financieras, de las cuales cuatro son filiales de matrices extranjeras, cuentan con el 70 por ciento de los activos bancarios del país. 

 

Esta semana, el portal Reuters reportó que UBS y Deutsche Bank, cuya participación de mercado es marginal,  tienen planeado cerrar sus operaciones de banca en México. El banco suizo no renovará su licencia bancaria, por lo que centrará sus esfuerzos en sus operaciones de casa de bolsa. Esta medida obedece a un enfoque de reducción de costos. 

 

Fuera de México, los bancos se enfrentan a una tormenta perfecta: endurecimiento de regulaciones, mayor agresividad de las autoridades de justicia para imponer multas a instituciones financieras, bajas tasas de interés que presionan el margen de ganancia y una nueva normalidad de crecimiento mediocre. 

 

Esto ha motivado una oleada de reestructuraciones en la que los bancos se deshacen de activos no estratégicos para consolidar un piso de rentabilidad.

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