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Bancos reprobados

Los mayores bancos de Wall Street arrancaron el 2016 con el pie izquierdo, arrastrados por la volatilidad en los mercados de acciones y de bonos y por la divergencia en las tasas de interés entre Estados Unidos, Europa y Japón.

El banco británico Barclays estima que los ingresos de la banca de inversión estadounidense registraron una caída interanual de 25 por ciento en el primer trimestre del año. El primer banco estadounidense en reportar sus resultados esta semana, JPMorgan-Chase, confirmó este pronóstico con un declive de 24 por ciento en este rubro.

"La meta de ponerle fin al ‘demasiado grande para fracasar’ y proteger al contribuyente estadounidense al terminar los rescates públicos sigue siendo sólo eso: una meta”
Thomas HoenigVicepresidente de la FDICJPMorgan-Chase

Los mayores bancos de Wall Street arrancaron el 2016 con el pie izquierdo, arrastrados por la volatilidad en los mercados de acciones y de bonos y por la divergencia en las tasas de interés entre Estados Unidos, Europa y Japón.

El banco británico Barclays estima que los ingresos de la banca de inversión estadounidense registraron una caída interanual de 25 por ciento en el primer trimestre del año. El primer banco estadounidense en reportar sus resultados esta semana, JPMorgan-Chase, confirmó este pronóstico con un declive de 24 por ciento en este rubro.

Pero por si esta presión sobre sus ingresos no fuese suficiente, los grandes bancos estadounidenses recibieron ayer otra mala noticia: cinco de ellos fueron reprobados por las autoridades debido a que sus planes de bancarrota no muestran que puedan disolverse sin afectar negativamente al sistema financiero.

Bajo la Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor Dodd-Frank, implementada posterior a la crisis financiera del 2008, las instituciones financieras designadas como “sistémicamente importantes” (SIFIs, por sus siglas en inglés) deben presentar ‘testamentos vivientes’ que demuestren cómo serían disueltas de forma segura, sin necesitar un rescate gubernamental, en caso de caer en bancarrota.

Tanto la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) como la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) designaron “no creíbles” los planes de JPMorgan-Chase, Bank of America, Wells Fargo, Bank of New York Mellon y State Street. 

Si estas empresas no presentan una alternativa aceptable para el primero de octubre de este año, los reguladores podrían imponerles mayores restricciones de capital o liquidez, o en el peor de los casos incluso ordenarles vender parte de sus activos.

Adicionalmente, Goldman Sachs y Morgan Stanley evitaron la misma designación, pero sólo porque no fueron reprobados por ambas agencias: la FDIC sólo reprobó a Goldman Sachs y la Fed sólo reprobó a Morgan Stanley.

Evitar otro Lehman

La exigencia de los ‘testamentos vivientes’ es una parte clave de la Ley Dodd-Frank, incluída para evitar un escenario como el de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre del 2008. En esa ocasión, la bancarrota de una firma financiera compleja y de gran tamaño precipitó un pánico que se volvió uno de los momentos más significativos de la crisis.

“La FDIC y la Fed están comprometidas a llevar a cabo su mandato estatutario para que las instituciones financieras sistémicamente importantes demuestren un camino claro a una quiebra ordenada bajo un proceso de bancarrota sin costo para el erario”, dijo Martin Gruenberg, presidente de la FDIC, mediante un comunicado.

Por su parte Thomas Hoenig, vicepresidente de la FDIC, quien ha criticado el proceso de evaluación de ‘testamentos vivientes’ como inefectivo, dijo en su propio comunicado que “ninguna firma se ha mostrado capaz de disolverse de forma ordenada a través de una bancarrota. Entonces, la meta de ponerle fin al demasiado grande para fracasar y proteger al contribuyente estadounidense al terminar los rescates públicos sigue siendo sólo eso: una meta”.

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