El escándalo de corrupción que envuelve al presidente de Brasil, Michel Temer ha generado incertidumbre en los inversionistas que temen que contamine a otros mercados emergentes.
Al respecto, Kevin Daly, analista en Aberdeen Asset Management, descartó un contagio en los próximos días; sin embargo advirtió que el incidente es de tal relevancia que tendría un impacto en el sentimiento de los inversionistas.
“Ofrece un cuento cauteloso sobre la rapidez con que la marea puede cambiar en los emergentes”, apuntó.
La confianza de los inversionistas en los mercados emergentes es tan frágil, que el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray declaró “se necesita ganar su credibilidad, básicamente, todos los días”.
El real brasileño fue la divisa más depreciada, al registrar una caída semanal de 3.93 por ciento, lo cual obedeció a la crisis política para la administración del presidente Temer.
Los mercados de valores de Brasil se estabilizaron el viernes pasado, tras la caída de un día anterior por la vinculación del presidente de ese país de autorizar pagos para comprar el silencio de un aliado sobre una investigación de corrupción.
Lo anterior significó la aniquilación de las ganancias que acumuló la moneda en el presente año, al caer un ocho por ciento a 3.41 reales por dólar.
Mientras que el Bovespa, el índice de referencia en la bolsa de Sao Paulo cayó un 10 por ciento, el jueves, por la sacudida que enfrenta la presidencia de Michel Temer, quien a negado cualquier irregularidad y ha hecho oídos sordos a las peticiones de renunciar al mandato; pese a que las acusaciones en su contra ponen en riesgo las reformas que ha impulsado para sacar a esa nación de dos años de marcada recesión.
La tensión política subió de tono cuando el máximo fiscal de Brasil acusó al presidente Temer de corrupción y obstrucción a la justicia, informó la Corte Suprema, según un reporte de Reuters.
El economista jefe de Latinoamérica de ING, Gustavo Rangel declaró a Financial Times que sin avances en la agenda legislativa, las perspectivas económicas para los próximos dos años probablemente serán modificadas, de tal manera que la expectativa de una recuperación se ha mermado, en medio de la abrumadora incertidumbre política.
Riesgo de parálisis
Los analistas de UBS explicaron que el mayor riesgo para Brasil es el regreso a la prolongada indecisión política, que paralizó al gobierno en 2015 y mediados de 2016.
“En nuestra opinión, lo importante será cuándo y no cómo se va a resolver la incertidumbre política”, señalaron.
Para los especialistas de la correduría, el escenario más positivo implicaría una renuncia rápida y definitiva de los cargos; mientras que la situación menos favorable al mercado implicará la renuncia del presidente, que lleve a la elección de un presidente provisional, que conserve al equipo económico actual, y que siga trabajando sobre las reformas.
Pero aún así, la incertidumbre estaría presente en el corto plazo. El escenario más negativo supone que se prolongue esa inquietud ante un proceso de impeachment (juicio político), con crecientes tensiones sociales.
En México, el proceso electoral que vivirá el país en 2018 para elegir presidente ya ha generado inquietudes en el público inversionista, ante la ventaja que dan las encuestas al aspirante de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque The Economist Intelligence Unit opinó recientemente que un gobierno de izquierda en México llevaría a una pausa temporal de las inversiones, una volatilidad pasajera en los mercados, pero queda descartada una salida masiva de capitales.