Buffett: detrás de la máscara

“La regla número uno es nunca perder dinero. La regla número dos es nunca olvidar la regla número uno”, Warren Buffett.

Después de más de 50 años como uno de los financieros especulativos prominentes en el mundo, el multimillonario Warren Buffett ha tenido un solo mensaje a la sociedad estadounidense en el último año: los más ricos deberían de pagar más impuestos.

El CEO de Berkshire Hathaway ha sido altamente expresivo en su humilde misión de tener un ambiente más equitativo, y buscar que alcen los impuestos de las personas más ricas de Estados Unidos, como él. 

En un editorial publicado en el New York Times, Buffett lanza una propuesta de aumentar la tasa impositiva a los individuos con salarios superiores a los 500 mil dólares, para aumentar la justicia fiscal. 

Buffett ha sido alabado por algunos por su humildad y sencillez, pero también existen voces que lo notan como un inversionista voraz y astuto que, en palabras de él mismo, su único interés es ganar dinero y hará todo lo posible para conseguirlo. 

¿Solo apariencia?

Mientras que Buffett ha aparentado ser un humilde multimillonario que le implora al gobierno que le cobre una tasa de impuestos mayor, prominentes economistas, como Greg Mankiw, de la Universidad de Harvard, lo han criticado por la incoherencia entre su mensaje y su comportamiento como financiero. 

Al analizar de cerca su propuesta para hacer que los más ricos paguen impuestos, se puede ver que solo habla de los cambios a las tasas impositivas sobre los salarios de los más ricos, y no a sus ganancias de capital o dividendos. 

Buffett recibe un salario autoimpuesto de 100 mil dólares, de los cuales paga cerca de 15.3 por ciento en impuestos. Además de esto, recibe más de 60 millones de dólares en ingreso bruto ajustado, de los cuales solo dos tercias partes es ingreso al que se le puede cargar impuestos, de los cuales terminó pagando poco más del 17 por ciento de ellos. 

Pero lo pagado en impuestos por tal ingreso es irrelevante contra la verdadera fuente de su fortuna: el aumento del valor de sus acciones. 

En este año, por el tipo y monto de acciones que posee Buffett en Berkshire Hathaway, su valor de mercado ha aumentado más de 3 mil millones de dólares. Tales ganancias, por los cambios en las acciones, no son sujetas a tasas impositivas. 

Debido a que Buffett es reconocido por ser un inversionista de largo plazo, pocas veces vende sus acciones, de las cuales se podría proveer una ganancia de capital y sería sujeta a impuestos. 

Buffett, como muchos otros directivos de altos niveles, aprovecha activamente estas lagunas legales para obtener beneficios fiscales, y no ha habido un esfuerzo real por reformarlas. 

Donativos ventajosos

Otro cambio que se propone, es el aumento de los impuestos a los dividendos que dan las empresas por poseer acciones. 

Algo particular de Berkshire Hathaway es que nunca paga un dividendo, y en lugar, retiene todo el ingreso. 

De esta forma, las ganancias para los inversionistas es meramente en la forma de ganancias de capital, las cuales no están sujetas a pagar impuestos hasta la realización de la acción. Al no ofrecer dividendos, Buffett se ahorra tanto a él, como a sus inversionistas, al no tener que pagar impuesto al ingreso de tales ganancias. 

De igual forma, aunque es considerado como uno de los filántropos de mayor nivel alrededor del mundo, existe también un beneficio fiscal de sus esfuerzos caritativos. 

Al hacer una donación caritativa en acciones, Buffett recibe una deducción del valor total en mercado de las acciones, de las cuales son ganancias de capital sin realizarse. 

Buffett ha sido reconocido por la impresionante donación de 30.7 mil millones de dólares a la fundación de Bill y Melinda Gates, la cuál se dará a través de varias décadas, con su respectivo beneficio fiscal obtenido anualmente. 

Además, la fortuna que ha acumulado Buffett, cuando llegue como herencia a sus hijos, no podrá ser cargada de impuesto de ingreso por ser ganancias de capital sin 
realización. 

Consejos para Obama

Buffett ha impulsado abiertamente al presidente Barack Obama, con apoyo financiero, y moral. Por lo que Obama le agradece su apoyo y lo considera un asesor externo. 

Warren ha sido la inspiración en la Regla Buffett que propone el presidente, para imponer una tasa mínima del 30 por ciento sobre ingresos que superan el millón de dólares.

Ya que el actual secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dejará el cargo al iniciar el siguiente año, se empieza a especular quién será su reemplazo. 

En opinión de Buffett, el ex CEO de la firma J.P. Morgan Chase, Jamie Dimon, debería de ser quien tome la silla del secretario del Tesoro. 

La sugerencia parece curiosa, al considerar que Dimon ha sido uno de los críticos más fuertes a las políticas económicas de Obama, y en especial a la Ley Dodd-Frank, que tenía la intención de regular el sistema financiero de Estados Unidos, después de la crisis del 2009. 

Dicha ley fue finalmente aceptada, pero sin muchos de los artículos originales que

hubieran regulado lagunas fiscales, como las que utiliza Buffett. 

Si bien Warren Buffett es considerado por muchos como el mejor inversionista de los últimos tiempos, con una filosofía financiera explícita y sencilla, es difícil percibir cómo aquel que sostiene que la única regla es hacer dinero, no vaya a seguir su propia regla.