Las altas rentas están cambiando la forma de vivir. Con tal de poder habitar un departamento en las grandes ciudades, cada vez más personas están adoptando el coliving (vivienda compartida por su tradición al español).
Se le conoce así a la tendencia inmobiliaria en la que se pone en el mercado un determinado espacio con áreas comunes cuya característica principal es que se renta a un grupo de inquilinos.
La principal diferencia de este tipo de alquiler es que no solo es una vivienda colectiva también se ocupa como un espacio de trabajo.
Normalmente suelen ser propiedades de gran tamaño con más de cuatro habitaciones y espacios comunes que se comparten entre todos, como la cocina, baño, comedor y jardín.
La renta de estos inmuebles varía según sea la zona, pero estimaciones del portal inmobiliario Lamudi revelan que el precio promedio va de entre los 8 mil hasta los 16 mil pesos.
Jaume Molet, director general de Lamudi en México, explica que esta tendencia le permite a las personas, sobre todo a la población más joven, independizarse y encontrar un lugar donde vivir sin necesidad de gastar demasiado.
El sueño eterno del Coliving
En promedio, 94 por ciento de los millennials mexicanos planea adquirir una vivienda en los siguientes cinco años, de acuerdo con el estudio Más allá de los ladrillos elaborado por Kantar TNS y comisionado por HSBC.
Aunque millones de jóvenes desean concretar este sueño, la realidad es que sus actuales condiciones laborales y un bajo sueldo son factores que complicarán este camino.
Además, en la Ciudad de México una renta en colonias centrales suele ser hasta seis veces más cara, en contraste, esto no solo sacrifica espacio, también recursos.
Por ello, el coliving puede convertirse en una alternativa. Sin embargo, algunos de los obstáculos que presenta este tipo de vivienda son los problemas que pueden surgir con el paso del tiempo si entre los inquilinos no se ponen las reglas del juego claras, además de que es necesaria una buena comunicación entre todos, ya que se compaginan dos ambientes: laboral y personal.
A pesar de que los colivings están diseñados para las personas más jóvenes por su misma naturaleza, Jaume Molet explica que existen diferentes tipos y usos, algunos enfocados para adultos mayores, cierto tipo de profesionistas y estudiantes.
“Este tipo de vivienda comienza desde que alguien hace una importante inversión para comprar una propiedad y luego adaptarla a las necesidades de los futuros inquilinos”, detalla el director general de Lamudi en México.
La vivienda compartida evoca a las comunidades hippies en la década de los 60 en la que un grupo de personas se reunían para vivir juntos y con ello reducir costos.
No se sabe con exactitud si los colivings se crearon en Estados Unidos o en Europa, pero lo cierto es que esta tendencia desembarcó en México gracias a que algunos jugadores del mercado decidieron entrar sin saber que este modo de vida atraería a miles de personas.
Jaume Molet se muestra optimista sobre el futuro de este tipo de espacios compartidos, aunque reconoce que en la industria inmobiliaria ciertos pilares se mantienen inamovibles.
“Estamos viviendo un cambio en los patrones de consumo especialmente de las generaciones más jóvenes, pero los modelos tradicionales de construcción, inversión y renta perduran donde sea”.