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Competencia en el campo

México y Estados Unidos podrán ser socios comerciales importantes, pero hay un área en el que cada vez más se enfrentan a competencia entre sí: el campo.

Ambos países se encuentran en competencia por mantener su fuerza laboral rural, la cual es cada vez más escasa. Esto se debe a factores como el atractivo de otras industrias y presiones demográficas, pero no se ve un cambio a esta tendencia negativa se vea en el horizonte.

Estados Unidos depende de mano de obra agrícola barata, el 68 por ciento de la cual proviene de México, para mantener la actividad en sus granjas.

6
por ciento de la fuerza laboral de México trabaja en industrias agrícolas; en
Estados Unidos esta proporción es de tan solo uno por ciento
"La economía no agrícola en México está creciendo y está creando nuevos empleos que requieren habilidades ingenieriles y administrativas y que ofrecen mejores salarios. Ahí es a donde los jóvenes se están yendo"
J. Edward TaylorProfesor de economía agrícola y de recursos en UC Davies

México y Estados Unidos podrán ser socios comerciales importantes, pero hay un área en el que cada vez más se enfrentan a competencia entre sí: el campo.

Ambos países se encuentran en competencia por mantener su fuerza laboral rural, la cual es cada vez más escasa. Esto se debe a factores como el atractivo de otras industrias y presiones demográficas, pero no se ve un cambio a esta tendencia negativa se vea en el horizonte.

Estados Unidos depende de mano de obra agrícola barata, el 68 por ciento de la cual proviene de México, para mantener la actividad en sus granjas.

Al mismo tiempo, México necesita mantener un nivel de población rural dedicada a la agricultura que le permita satisfacer sus necesidades económicas, tanto de consumo doméstico como de exportación.

Pero factores como la caída en la tasa de natalidad, el incremento en la disponibilidad de empleos en otras industrias como la manufactura, y las mejoras en el nivel educativo de la población han exacerbado la escasez de trabajadores agrícolas tanto en el país como en el extranjero.

El resultado es que México ya no sólo es un exportador de mano de obra agrícola, sino también un importador. 

El Wall Street Journal reporta que J. Edward Taylor, profesor de economía agrícola y de recursos en la Universidad de California, indica que para satisfacer sus necesidades el país ha estado importando trabajadores agrícolas desde Guatemala y otros países centroamericanos.

Sin soluciones

En ambos países, la población rural ocupa un lugar pequeño en la fuerza laboral nacional, de menos de 1 por ciento en el caso de Estados Unidos y de casi 6 por ciento en el caso de México. 

Pero esta población ocupa un lugar desproporcionadamente importante en el sector agrícola, por lo que es necesario ofrecer los incentivos para que ésta se mantenga en el mismo lugar geográfico y con la misma actividad económica.

Es por esto que, aún más preocupante, Taylor señale que las soluciones discutidas a ambos lados de la frontera sólo se encargarán de este problema agrícola en el corto plazo.

Los granjeros estadounidenses han pedido a los legisladores de su país implementar una reforma migratoria que le de mayor estabilidad y seguridad a sus trabajadores, mientras que el gobierno mexicano ha apoyado ésta y otra propuestas similares.

Pero debido a los profundos cambios que está viviendo el campo mexicano, Taylor apunta que dichas medidas no resolverán el problema en el largo plazo. 

Ni siquiera la tendencia de incremento en los salarios agrícolas en Estados Unidos durante los últimos años será suficiente para atraer a suficientes trabajadores mexicanos de vuelta al campo, según el experto.

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