Las dos firmas cementeras más grandes del mundo, la francesa Lafarge y la suiza Holcim, han acordado fusionarse.
Ambas empresas pretenden que se lleve a cabo una “fusión entre iguales” a través de un intercambio de acciones.
Holcim será dueño del 53 por ciento del nuevo consorcio, mientras que Lafarge tendrá el 47 por ciento restante de las acciones.
Lafarge Holcim será dirigida por el actual CEO de Lafarge, Bruno Lafont, mientras que el Consejo de Administración será presidido por el presidente de Holcim, Wolfgang Reitzle.
Los encargados de la fusión han dicho que el acuerdo cuenta con el consenso de accionistas de ambas empresas y que esperan ver la operación consolidada para la primera mitad del 2015.
La creación de la nueva cementera global Lafarge Holcim contará con más de 100 mil trabajadores en alrededor de 90 países.
Analistas prevén que el valor de capitalización de mercado de la nueva empresa será de alrededor de 60 mil millones de dólares.
En una conferencia de prensa conjunta, directivos de ambas compañías indicaron que los objetivos de la sinergia estarán abocados a la reducción de costos, disminución de apalancamiento y a hacer frente a los crecientes precios de los energéticos, así como a la menor demanda del sector.
Lafarge Holcim espera concretar ahorros por alrededor de mil 400 millones de euros.
La industria cementera es altamente dependiente de los ciclos económicos, por lo que desde la crisis global de 2008, la demanda de cemento ha evolucionado a un nivel inferior a los niveles precrisis.
Bruno Lafont declaró que el acuerdo apunta a la búsqueda de un mayor crecimiento basado en la reducción de riesgo.
Sinergia global
Lafarge y Holcim son empresas completamente globalizadas, con operaciones en 64 y 70 países, respectivamente.
El liderazgo de la industria cementera exige presencia alrededor del mundo, por lo que una de las razones prioritarias de la fusión corresponde a la necesidad de adaptarse a la competencia del entorno global.
Según Bloomberg, la mayoría de los ingresos de Holcim provienen de la región de Asia Pacífico, mientras que Europa Occidental representa los mayores flujos de ganancia para Lafarge.
Directivos de ambas compañías dijeron que la fusión complementa geográficamente las operaciones de las firmas.
Holcim posee una fuerte presencia en América Latina y Lafarge está bien establecido en África.
Según los directivos, estas dos regiones representarán el 60 por ciento de las ventas del nuevo consorcio, sin que un solo país tenga una participación de más del 10 por ciento en los ingresos totales.
El riesgo de ser un monopolio
La regulación en materia de competencia representa un obstáculo para la fusión más grande en la historia de la industria cementera.
El acuerdo entre Holcim y Lafarge encuentra en los reguladores antimonopolio una fuerte amenaza para la creación de un consorcio valuado en cerca de 60 mil millones de dólares.
El banco UBS considera que el nuevo consorcio Lafarge Holcim estará sujeto al escrutinio de reguladores antimonopolio en 15 jurisdicciones distintas.
UBS agrega que el proceso de aprobación de los tribunales especializados de las distintas naciones podría demorar la fusión alrededor de dos años.
Directivos de Lafarge y Holcim aseguran que desincorporarán activos valuados en 5 mil millones de dólares para facilitar la fusión. Desde el 2008, Holcim, Lafarge y otras dos compañías cementeras son investigadas por la Comisión Europea por la creación de un cártel de precios.
Analistas prevén que la fusión representaría una reducción de la oferta cementera mundial, lo que se reflejaría en un aumento en el precio del producto, que algunos reguladores consideran insumo esencial.
En México, esta industria es dominada por unos cuantos, incluidos Holcim y Fortaleza, empresa de Carlos Slim y Antonio del Valle, en alianza con Lafarge. La nueva reforma en materia de competencia podría frenar la fusión en México, ya que considera facultad del Estado la regulación del acceso a insumos esenciales.