La mano del Estado en la distribución y costo del Gas LP está surtiendo poco efecto para contener el incremento en los precios de este energético que se utiliza en aproximadamente el 79 por ciento de los hogares mexicanos.
En la Ciudad de México, por ejemplo, el precio promedio del cilindro de Gas LP por kilogramo durante la semana del 13 al 19 de marzo está calculado en 25.12 pesos, que representa un incremento del 5.81 por ciento comparado con el costo de la semana anterior que alcanzó los 23.74 pesos. En tanto que el precio por litro se sitúa en 13.23 pesos, de acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
El incremento, pese al esquema de regulación de precios máximos de gas licuado de petróleo que estableció la CRE desde el 28 de julio de 2021, se debe en gran medida al conflicto armado entre Rusia y Ucrania que ha provocado volatilidad en los costos de los energéticos.
El objetivo detrás de este tope de costos es “garantizar el bienestar de las familias mexicanas a través de la protección de su derecho a acceder de manera asequible a un energético de consumo básico en los hogares”, de acuerdo con la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) cuando se pusieron en marcha estas disposiciones.
Cada sábado, la CRE determina el precio máximo del costo del gas LP para las 145 regiones en las que se divide el país con base en la información que recaude de manera constante y tomando en cuenta una fórmula que integra precio promedio de comercialización, costo estimado del flete, el impuesto y los márgenes de comercialización.
De acuerdo con el informe semanal de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) el precio del gas LP por kilo sin intervención sería a nivel nacional en promedio de 30.50 pesos, en tanto que por litro sería de 17.88 pesos, en cambio el precio promedio nacional es de 24.26 pesos por kilo y 13.05 por litro.
Al establecimiento de topes máximos de costos al Gas LP se suma la creación de la empresa filial a Pemex conocida como Gas Bienestar para la venta de tanques que competirán con distribuidores privados de este combustible con el objetivo de ofrecer precios bajos.
Sin embargo, Carranza señala que por las características del mercado de este energético en el país, el control del costo al que se vende a los hogares mexicanos resulta bastante complejo, en gran medida por el amplio mercado informal que existe.
“Las particularidades del mercado hacen que tenga sus limitaciones, está política de limitación que busca tener, digamos resultados en el corto plazo, por eso no se ha visto que se puedan limitar incrementos”, señala el especialista.
Ojo a la inflación
El encarecimiento de los energéticos tiene un especial impacto en el costo de los productos y servicios, por ello contener sus aumentos se ha convertido en uno de los objetivos principales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, recuerda Carranza.
En febrero de 2022 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 7.28 por ciento en su variación anual, un resultado que superó las expectativas del mercado. En tanto que en su variación mensual la inflación en febrero incrementó 0.83 por ciento comparado con enero.
“Es entendible que el gobierno esté tratando de regularlos de esta forma, una intervención de manera muy clara y por las familias que consumen este combustible. Pero tomando en cuenta está coyuntura por la que estamos transitando los consumidores vamos a ver precios altos de todos los energéticos sobre todo en la medida de que este conflicto internacional continúe”, advierte el especialista en materia energética.
Uno de los efectos económicos más marcados en el conflicto armado entre Rusia y Ucrania es el incremento en los costos de los energéticos. Especialistas han señalado que esto provocará un impacto ambivalente para las finanzas mexicanas, toda vez que por un lado se beneficiará del aumento en el costo del barril de petróleo, pero por otro se verá afectado en el incremento del monto en la compra de combustibles como la gasolina.