El presidente Donald Trump ha elegido a Jerome Powell, el único miembro de la Junta de Gobierno de la Reserva Federal que está adherido al Partido Republicano, para suceder a Janet Yellen en la presidencia del banco central.
De acuerdo a fuentes cercanas al proceso de decisión, citadas por el diario The New York Times y la agencia Reuters, la nominación se hará pública el día de hoy, después de que concluya la reunión de política monetaria de la Reserva Federal.
La decisión de Trump encierra dos particularidades. La primera, que Jerome Powell será el primer presidente del banco central en décadas que no cuenta con un título de economista. La segunda, que la nominación rompe con una tradición de larga data en la que los presidentes de la Reserva Federal son confirmados para un segundo término, independientemente de que haya cambiado el partido en el poder.
Públicamente, Trump se ha mostrado complacido con el trabajo hecho por Janet Yellen, que entregará una economía saludable, cercana al pleno empleo y con un nivel de inflación ligeramente por debajo del objetivo del 2 por ciento.
Sin embargo, desde la oficina presidencial se ha dicho que Trump desea “dejar un legado” en materia de política monetaria.
Desde que se integró a la Junta de Gobierno de la Reserva Federal en el 2012, siempre ha votado en sintonía con las iniciativas de política monetaria que ha empujado Yellen. Esto quiere decir que ha avalado una normalización gradual en el nivel de la tasa de interés de referencia (cuatro alzas en cinco años), una comunicación quirúrgica para dirigir a los mercados y un desmantelamiento lento de la hoja del banco central, que en una década pasó de menos de 800 billones de dólares a 4.4 trillones de dólares.
Se espera ampliamente que el anuncio tenga un efecto moderadamente positivo en los mercados, eliminando un factor de riesgo considerable. Esta restricción a la súbita eventualidad de que se dispare un sentimiento de aversión al riesgo entre los inversionistas implica también una perspectiva positiva para el marco de liquidez de los mercados emergentes, notablemente el de México, que es altamente reactivo a las decisiones de la Reserva Federal.
Powell: el candidato del establishment
El ascenso de Powell descarta dos opciones que habían sido consideradas por Trump y que pudieron ser altamente disruptivas para los mercados y/o para la arquitectura regulatoria de la crisis financiera de 2008: la de John Taylor, un respetado economista que ha sido muy critico por la lentitud y poca agresividad con la que la Fed ha elevado su tasa de interés de referencia; así como la de Gary Cohn, que está diseñando un programa de reforma a la regulación financiera desde la dirección del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
Powell representa al candidato del establishment por excelencia: estudió política en Princeton, fue a la Escuela de Derecho en Georgetown y comenzó una carrera en la banca de inversión. Fue subsecretario del Tesoro bajo las órdenes de Nicholas Brady durante la presidencia de George H.W. Bush, puesto en el que se concentró en la supervisión de instituciones financieras. Posteriormente se convirtió en socio de Carlyle Group, una firma de inversión vinculada a la familia Bush. En el 2012, el presidente Obama lo nominó a la Junta de Gobierno de la Reserva Federal por el papel que había desempeñado durante la crisis del techo de deuda de 2011.