Corporativos sin toque femenino
Históricamente, las mujeres han tenido una participación limitada en muchas áreas de decisión, como la política y los negocios.
Y en un mundo donde la equidad de género toma cada vez más relevancia para evaluar a las condiciones de vida, esta brecha se ha vuelto cada vez más importante.
Los datos, a nivel mundial, no son alentadores, pero se nota un cambio positivo en algunos países.
Un caso es Inglaterra, que poco a poco parece ir en la dirección correcta.
Eduardo Flores
Históricamente, las mujeres han tenido una participación limitada en muchas áreas de decisión, como la política y los negocios.
Y en un mundo donde la equidad de género toma cada vez más relevancia para evaluar a las condiciones de vida, esta brecha se ha vuelto cada vez más importante.
Los datos, a nivel mundial, no son alentadores, pero se nota un cambio positivo en algunos países.
Un caso es Inglaterra, que poco a poco parece ir en la dirección correcta.
El 17 de febrero, la empresa más grande de compra y venta de materias primas, Glencore International, anunció su intención de nombrar a una mujer en su nueva mesa directiva tras la fusión con otra empresa minera.
Lo significativo es que con esta decisión, el número de corporativos representados en el índice FTSE 100 sin mujeres en sus mesas directivas cae a tan sólo 7 por ciento.
Es decir, 93 por ciento de las empresas en el indicador más importante del Reino Unido tienen al menos a una mujer en su mesa directiva.
De las siete empresas con mesas repletas de hombres, cinco de ellas están en el sector minero.
Sin embargo, existe una diferencia importante entre tener mujeres en la mesa y que estas estén debidamente representadas.
La mayoría de las empresas tienen solo una o pocas.
De acuerdo con datos del gobierno inglés, en 2010 tan solo 12.5 por ciento de los puestos directivos totales en el país estaban ocupados por el género femenino, aunque han incrementado a 17.5 por ciento en los últimos 3 años.
Enfrentan obstáculos
Por otra parte, en México las mujeres que aspiran a un puesto de mayor jerarquía enfrentan una serie de obstáculos culturales, sociales o educativos.
De las 35 empresas en el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, solamente 17 cuentan con al menos una mujer en su mesa directiva.
Resaltan los casos de empresas emblemáticas, como América Móvil, Televisa, Cemex o Tv Azteca que no tienen ni siquiera un rastro de feminidad entre sus dirigentes.
En términos absolutos, la situación es todavía menos alentadora.
Solamente 5.8 por ciento del total de miembros en juntas directivas son mujeres.
Esto en comparación con 11.4 por ciento en Estados Unidos, 11.3 por ciento en Colombia y un 35.9 por ciento en Noruega, el país más avanzado en términos de equidad de genero empresarial.
De hecho, la tasa de participación laboral para las mujeres en México es casi la mitad de la de sus contrapartes de género.
Bueno para los negocios
Pero contratar mujeres no solo es un tema de consideraciones de equidad, tiene sentido económico tener más variedad en las mesas directivas.
Una investigación de Mckinsey & Company, una consultora, encontró que incorporar a mujeres a las decisiones corporativas puede darle una ventaja a cualquier empresa.
Considerando que el 70 por ciento de las decisiones de compra en un hogar y 60 por ciento de las compras de automóviles están motivadas por una mujer, tiene sentido que estas coordinen los esfuerzos para atraer y retener clientes.
La investigación también encontró que tener 3 o más mujeres en posiciones administrativas altas incrementan sus puntuaciones en diversos indicadores de desempeño, que a su vez están relacionados con rendimiento financiero.
Interesantemente, el estudio encuentra también que muchas barreras al crecimiento profesional son propias del modelo de actividades que ha predominado desde hace años.
Por ejemplo, las mujeres en países europeos dedican en promedio el doble de tiempo en realizar tareas del hogar, dejando poco tiempo para escalar en la pirámide corporativa.
Es decir, si bien la diferencia puede deberse a factores ajenos a las empresas mismas, por ejemplo que hasta hace relativamente poco las mujeres comenzaron a estudiar carreras necesitadas en el mundo de negocios, no se puede negar que falta mucho por hacer.
En México al menos se podría empezar a seguir el ejemplo de Inglaterra: cuantificar y señalar a aquellas empresas que no incluyen a mujeres en sus consejos de administración.