Cruda inundación
Hace un año, expertos pronosticaban que el declive en los precios petroleros obligaría a los productores con mayores costos a recortar su producción, reduciendo la oferta y levantando los precios del crudo.
Pero a un año y medio de que comenzara la caída en los precios, la realidad es muy diferente: países como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita continúan extrayendo petróleo a ritmos que baten récords históricos, y los precios han caído a su punto más bajo desde el 2004.
Rolando Hinojosa
Hace un año, expertos pronosticaban que el declive en los precios petroleros obligaría a los productores con mayores costos a recortar su producción, reduciendo la oferta y levantando los precios del crudo.
Pero a un año y medio de que comenzara la caída en los precios, la realidad es muy diferente: países como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita continúan extrayendo petróleo a ritmos que baten récords históricos, y los precios han caído a su punto más bajo desde el 2004.
La persistencia de la sobreoferta en el mercado se combina de forma pesimista con una demanda que no logra mantener el paso. Esto refleja en parte la desaceleración económica de consumidores clave como China.
En conjunto, el efecto ha sido un ajuste a la baja en los pronósticos de precios. El consenso de expertos del sector no prevé que éstos se recuperen antes del 2017, y que podrían no volver a los niveles de 80 dólares por barril vistos el año pasado hasta el 2020.
Para los países cuyas economías y finanzas públicas dependen significativamente de la venta de crudo, como en el caso de Venezuela, Brasil y México, este escenario pone en el horizonte un 2016 retador.
Oferta no retrocede…
Contrario a lo que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y su líder y mayor productor, Arabia Saudita, hubiesen esperado, los bajos precios no han logrado ponerle fin a los productores de países como Estados Unidos y Rusia.
Hace un año, la OPEP decidió no recortar su objetivo de producción, rechazando fijar un piso debajo de los precios petroleros y acelerando el colapso de éstos.
Con esto el cártel energético esperaba recuperar participación de mercado, a pesar del fuerte impacto que esto ha tenido sobre los ingresos del grupo.
Sin embargo, las empresas que lideraron la revolución del shale en Estados Unidos han logrado adaptarse a un escenario de precios bajos, recortando agresivamente sus costos y batiendo más récords de producción.
Rusia también ha expandido su producción para seguirle el paso a la OPEP, alcanzando niveles de extracción que no se veían desde el colapso de la Unión Soviética, y dando disputa a Arabia Saudita por el título de mayor productor petrolero del mundo.
Por si fuera poco, se prevé que a esta sobreoferta se agregue una nueva inyección de crudo por parte de Irán en el próximo año.
El rival de Arabia Saudita y también miembro de la OPEP espera incrementar su producción en 600 mil barriles diarios tan pronto le sean levantadas sanciones económicas impuestas desde el 2011, con 400 mil barriles diarios agregados en los meses posteriores a esto.
…y demanda no levanta
El veloz crecimiento de la oferta petrolera global no es la única causa del sobreabastecimiento en el mercado, ya que la desaceleración de la demanda también ha ampliado esta brecha y presionado los precios hacia abajo.
Un país que juega un rol clave en esto es China, el segundo mayor consumidor petrolero del mundo detrás de Estados Unidos.
Con las economías desarrolladas recuperándose lentamente de la crisis financiera del 2008, los grandes mercados emergentes como China tomaron una mayor importancia en el crecimiento económico global y en el consumo de materias primas como el petróleo.
Pero ahora la economía de China está creciendo a su menor tasa en más de 25 años, frenada por una alta carga de deuda y por su transición hacia un modelo económico más enfocado al consumo que a la producción industrial.
Sin alguien más que tome el rol de China, la demanda global por el crudo está creciendo a un paso más lento.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) indicó en un reporte que la demanda global pronosticada para el 2016 muestra “una desaceleración notoria tras el pico de cinco años alcanzado en 2015”.
Precios bajos se quedan
Sin factores que puedan cambiar este escenario en el corto plazo, los expertos prevén que los precios bajos persistirán en el mercado petrolero global hasta por lo menos el 2017.
La AIE estima que los precios se mantendrán bajos a través del 2016, aunque espera que éstos comiencen a recuperarse posteriormente a medida que la sobreoferta desaparezca y la demanda se recupere.
“Mirando hacia el 2016, veo muy pocas razones por las cuales podríamos esperar un crecimiento en los precios (petroleros). Creo que el 2016 será un año donde tendremos un menor escenario de precios”, dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
Sin embargo, Birol prevé que los fuertes recortes que han sufrido las inversiones energéticas en los últimos dos años resulten en una recuperación gradual hacia los 80 dólares por barril. Otros expertos ven este escenario con mayor pesimismo, señalando que los mercados bajistas usualmente mantienen al crudo deprimido durante periodos muy extendidos.