La apertura al crédito de consumo en Latinoamérica, y particularmente en México, sigue expandiéndose a niveles nunca antes vistos.
En especial, se ha visto una moda en la región de ofrecer créditos de nómina a una gran parte de la población que antes tenía restringido el acceso al crédito.
Bancos latinoamericanos han mostrado un alza en la tendencia de ofrecer préstamos de nómina, cuyos pagos son deducidos de forma automática del salario que recibe el deudor.
De acuerdo con el Wall Street Journal, en el último año, el crédito de nómina aumentó un 32 por ciento en México al alcanzar cerca de 9 mil millones de dólares.
Este paso excede el crecimiento en la oferta de tarjetas de crédito y abarca cerca del 20 por ciento de los clientes que tienen algún tipo de préstamo.
Estos tipos de préstamos supuestamente limitan el riesgo de impago para los bancos, ya que la deducción automática hace que el cliente pague primero la deuda del banco antes de cualquier otro movimiento.
Atractivo negocio
Cuando un trabajador recibe su salario a través de un banco, puede acceder a un crédito de nómina.
La institución bancaria tiene la ventaja de ser el primero en recibir fondos del cliente para aplicar el pago automático del crédito, antes de que éste pague sus deudas alternas.
De tal modo, los préstamos de nómina muestran una tasa de impago más baja que las tarjetas de crédito , de un 3 por ciento comparado a un cinco por ciento, y se estipula que puedan fungir como una introducción al manejo de crédito para clientes nuevos.
Esta moda se ha expandido por toda Latinoamérica. En Brasil, los préstamos de nómina aumentaron 16.5 por ciento en el último año, alcanzando cerca de 88 mil millones de dólares, o el 60 por ciento de todo el crédito personal.
Analistas a favor de la expansión de este modelo de créditos auguran que la sociedad mexicana tiene la suficiente educación en el manejo de crédito para no sobreendeudarse de otros modos.
Un servicio caro
Mientras que algunos analistas elogian el constante aumento de mayor crédito de formas más cómodas para el consumidor, otros estiman que podría reducir el consumo de mayor crédito o aumentar la tasa de impago.
Por la misma naturaleza del préstamo, se presume que la tasa de interés en los préstamos de nómina debería ser menor a la tasa para tarjetas de crédito.
Al menos así se aplica en Brasil, donde la tasa de interés de los préstamos de nómina es en promedio la mitad de las tasas de interés de las tarjetas de crédito.
En diferencia, en México los bancos han sabido aprovechar la ventaja de ofrecer tales préstamos, y sus tasas de interés son similares a las de tarjetas de crédito, de alrededor del 35 por ciento.
La facilidad de obtener un crédito de nómina puede representar un riesgo, pues hay bancos en el país que ofrecen este servicio en sus cajeros automáticos, sin ninguna certificación o evaluación externa.
Alerta la CNBV
A la par del auge de los préstamos de nómina, el crédito otorgado por tarjetas de crédito aumentó un 32.2 por ciento en los últimos dos años y no muestra señales de relajarse, pues aumentó un 14.2 por ciento en el 2011 y un 16.4 por ciento en el 2012.
Y esto es riesgoso para una sociedad que no está acostumbarada a recibir crédito con la facilidad con que se consigue ahora, y puede causar notables estragos si no existe una cultura de moderación y responsabilidad.
Ante el crecimiento desmesurado en el otorgamiento de créditos de nómina, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha mandado sugerencias y recomendaciones a los bancos del país para que se hagan medidas correctivas.
Ante la estimación de que el 30 por ciento de los créditos en el sector bancario se otorgan bajo una consideración superficial, con la premisa de bajo riesgo, se teme que el aumento en la oferta de créditos de nómina dañe el desarrollo financiero del país y aumente la tasa de impago.
La respuesta del sistema bancario es que adoptará una postura conservadora, pero las estadísticas no evidencian un esfuerzo por limitarse. La cartera de crédito al consumo, como porcentaje del crédito total, ha aumentado un 3 por ciento en los últimos años y sigue con tendencia positiva.
Las alertas sobre el sobreendeudamiento de la sociedad mexicana no han sido tomadas en cuenta.
Si la expansión de crédito desencadenado sigue su ritmo, aumentará el riesgo de que se pierda la estabilidad financiera de nuestro sistema bancario.