Pasarán 10 años antes de que la economía de América Latina se recupere de las severas secuelas que le dejó el contagio del virus del SARS-CoV-2 (COVID-19) y que durante 2020 la mandó a terapia intensiva.
La contracción económica que se presentó en la región por el orden de 9.2 por ciento debido a la pandemia por COVID-19 es la más severa de los últimos 120 años, advierte la CEPAL en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe.
América Latina es la región más golpeada por esta pandemia, misma que ha magnificado históricos problemas estructurales como la desigualdad, el limitado espacio fiscal, la baja productividad, alta informalidad, fragmentación de los sistemas de salud y la protección social.
Para 2021 se estima un crecimiento de 3.7 por ciento, sin embargo esta cifra obedece a un “rebote estadístico” y en todo caso no alcanzará para recuperar los niveles de actividad económica previo a esta crisis sanitaria, aclara Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de este organismo, durante la presentación del informe.
Los cálculos de la CEPAL advierten que de este 3.7 por ciento de crecimiento económico de la región, 3.1 por ciento será un “rebote estadístico” y 0.6 por ciento un crecimiento “genuino” por la dinámica económica.
En el caso de México y Centroamérica se calcula un crecimiento de 3.8 por ciento, del cual tres por ciento es “rebote” y 0.8 por ciento un crecimiento “genuino”.
La crisis económica de este año se ha mitigado, sobre todo durante el segundo y tercer trimestre del 2020, en gran medida por los esfuerzos fiscales y monetarios que han hecho los gobiernos latinoamericanos, mismos que no deberán relajarse o se corre el riesgo de que el crecimiento se desacelere en 2021, advierte la secretaría ejecutiva de la CEPAL.
Las políticas fiscales emergentes de los países de la región, que en promedio ascienden a 4.5 por ciento del PIB, se han enfocado en fortalecer los sistemas de salud, apoyar los ingresos de los hogares e impulsar la capacidad productiva, con menor énfasis en políticas de reactivación económica e inversión pública.
Sin embargo, estas necesidades de financiamiento y transferencias corrientes de los países han provocado un aumento en su déficit primario y deudas públicas, señala.
“Hay países que no han requerido tanto esfuerzo fiscal porque sus sistemas de salud están mejor que los demás, tienen acceso universal, tienen ciertos derechos, dan garantías sociales. Quiero destacar el caso de Uruguay y Costa Rica son dos países con mucho mejor acceso a sistemas de protección social y por lo tanto tienen mayores capacidades y que no necesitan tanto esfuerzo fiscal de emergencia como sí lo requieren los demás”.
Bárcena además apunta que un eventual aumento de la inflación podría ser una restricción para estas políticas monetarias expansivas.
Recuperación mexicana del COVID-19
En el caso de México, la CEPAL espera que el crecimiento de su PIB sea del orden de 3.8 por ciento, después de que en 2020 se observó una caída de nueve por ciento.
En opinión de Bárcena, es acertado el enfoque de las políticas fiscales en el apoyo al ingreso de las familias más afectadas, la inversión pública como medida para generar empleo, así como el aumento de las capacidades del sistema de salud en el país
La política fiscal del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador es de 1.1 por ciento del PIB, por debajo del promedio de los países de la región que alcanza 4.3 por ciento.
También señala que este crecimiento está sujeto al proceso de distribución de la vacuna para contrarrestar los efectos de la salud en la población por el SARS-CoV-2.
“Lo importante va a ser cuál es la profundidad y difusión de la vacuna, México ha hecho un esfuerzo muy importante, se ha hecho un manejo muy transparente de cómo México ha intentado tener las vacunas necesarias para llegar a las vacunas necesarias”.
Además también reconoció los llamados que ha hecho el Gobierno federal para continuar con la disciplina de las medidas de distanciamiento social ante la llegada de las fiestas navideñas y el repunte de contagios que ha provocado problemas en la capacidad hospitalaria.