América del Norte comienza a perder la fe en el TLCAN. Sin embargo, al otro lado del Atlántico, el acuerdo norteamericano podría significar la mejor alternativa para el escenario comercial post Brexit de Reino Unido.
De acuerdo a un reporte del diario británico Daily Telegraph, el gobierno de la primer ministro Theresa May está considerando adherirse al TLCAN en caso de que Reino Unido no consiga llegar a un acuerdo con sus socios de la Unión Europea en el mantenimiento de una zona de libre comercio.
Reino Unido aún está definiendo los términos de su divorcio de la Unión Europea. La agresividad y el poco interés de Bruselas en facilitar el proceso de Brexit han puesto un velo de incertidumbre sobre el futuro económico de Reino Unido. De hecho, el grueso de las grandes firmas del sector financiero, el más prominente de la economía británica, está evaluando seriamente si permanece en Londres.
Sin confirmar ni negar el reporte del Daily Telegraph, un vocero del gobierno británico aseguró: “Mientras nos preparamos para dejar la Unión Europea, buscamos transitar todos los acuerdos comerciales existentes con la Unión Europea de modo que se asegure que Reino Unido mantendrá un gran nivel de certidumbre y estabilidad en nuestro comercio y nuestras relaciones de inversión”.
No obstante, Theresa May y su gobierno reconocen que necesitan alternativas atractivas para que las empresas británicas operen en un marco de libre comercio en caso de que la Unión Europea esté dispuesta a imponer aranceles sustantivos a las exportaciones provenientes de Reino Unido.
Pese a la obvia distancia geográfica, la incorporación de Reino Unido al marco legal del TLCAN tendría mucho sentido. Aunque la Europa continental es el principal destino de las exportaciones británicas (50 por ciento), Estados Unidos es el mayor recipiente único de los bienes y servicios generados en Reino Unido (14 por ciento de las exportaciones).
Coincidencias políticas
La negociación de un acuerdo comercial bilateral entre Estados Unidos y Reino Unido es uno de los pocos tratados en el tintero que no han sido abiertamente amenazados por el discurso proteccionista de la administración de Donald Trump.
Si bien, las reglas y regulaciones de la economía británica se han adherido al marco legal europeo durante las últimas cuatro décadas, los valores económicos de Reino Unido de libre mercado y desregulación encuentran una mejor adopción en Estados Unidos que en la economía social de mercado de la Unión Europea.
Además, no existen incentivos políticos que impidan la integración. Se ha considerado a Reino Unido como el aliado más cercano a los intereses de Washington. Asimismo, Canadá es parte de la Commonwealth of Nations de la Corona británica.
El mayor riesgo para la integración de Reino Unido al TLCAN será entonces la supervivencia misma del acuerdo comercial.