Descifrando a Bernanke
Cuando de entender la estrategia de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) se trata, la tarea no es sencilla, pero puede tener un gran impacto en el mercado.
El más ligero indicio de un cambio en la postura del banco central puede desencadenar una reacción a gran escala en los mercados, aun cuando no se trate de un anuncio oficial de política monetaria.
Rolando Hinojosahttp://www.youtube.com/watch?v=aTiL-vxOFB0
Cuando de entender la estrategia de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) se trata, la tarea no es sencilla, pero puede tener un gran impacto en el mercado.
El más ligero indicio de un cambio en la postura del banco central puede desencadenar una reacción a gran escala en los mercados, aun cuando no se trate de un anuncio oficial de política monetaria.
El ejemplo más reciente sucedió el mes pasado, cuando el presidente de la Fed, Ben Bernanke, declaró que el banco central estadounidense podría empezar a considerar reducir su programa de estímulo monetario si los indicadores económicos (sobre todo la tasa de desempleo) siguen indicando una recuperación en Estados Unidos.
Ni el anuncio de política monetaria ni los comentarios posteriores de Bernanke fueron sorpresivos o contundentes, pero la percepción de estos por parte de los mercados, y la reacción posterior, fueron definitivamente negativas.
Los principales índices bursátiles alrededor del mundo registraron pérdidas significativas, sobre todo en los mercados emergentes, y la volatilidad en los mismos se incrementó durante las semanas posteriores entre especulaciones sobre cuándo y cómo reduciría la Fed su política monetaria acomodaticia.
En las semanas posteriores, Bernanke y otras autoridades de la Fed buscaron calmar la situación, reiterando que la Fed buscaría mantener las tasas de interés cerca del cero por ciento hasta que hubiese señales claras de una recuperación económica, y que estos planes no habían cambiado.
Además enfatizaron que no había un calendario fijo para restringir el programa de compra de bonos de la Fed, y que no se pondría fin a este repentinamente, sino de forma gradual.
Las declaraciones, a veces contrastantes, de los presidentes de algunos de los 12 Bancos de la Reserva Federal al respecto, deberían hacer recordar algo crucial en esta discusión: Ben Bernanke no es la única persona encargada de definir las acciones de la Fed, y especular sobre política monetaria basándose solamente en sus declaraciones exagera la importancia del presidente del banco central.
Los encargados de decidir
El principal encargado de fijar la política monetaria de los Estados Unidos es el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus iniciales en inglés), que se encarga de especificar el objetivo a corto plazo de estas operaciones (compra o venta de bonos gubernamentales en el mercado abierto) por parte del banco central.
Según lo marcado por la Ley de la Reserva Federal, la política monetaria fijada por el FOMC debe buscar lograr tres objetivos: maximizar el empleo, mantener los precios estables y moderar las tasas de interés a largo plazo.
Los 12 miembros que componen el comité se reúnen, como mínimo, cuatro veces al año durante dos días para discutir y votar cuál será la estrategia que la Fed implementará para lograr sus objetivos.
Posteriormente, se publica un anuncio que detalla lo decidido por el FOMC, y tres semanas más tarde se dan a conocer las minutas de la reunión.
Es en estas dos publicaciones, el anuncio y las minutas, en donde se define la postura oficial de la Fed, y no en los comentarios que su presidente pueda hacer al respecto.
Los siete miembros de la Junta de Gobierno de la Fed (el presidente y seis gobernadores) tienen voto permanente en el FOMC, junto con el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Los otros cuatro votos son asignados, de forma alternante por periodos de un año, entre los presidentes de los otros 11 bancos, que son agrupados de manera representativa de las diferentes regiones del país.
Actualmente, los presidentes de bancos que cuentan con voto en el FOMC son William C. Dudley (Nueva York), James Bullard (San Luis), Charles L. Evans (Chicago), Esther George (Kansas City), y Eric S. Rosengren (Boston).
Ellos participarán y votarán en la reunión del FOMC de septiembre, pero el próximo año tendrán que ceder sus votos a los presidentes de los bancos de Dallas, Cleveland, Mineápolis y Filadelfia.
Las diferencias en posturas entre los miembros salientes, que favorecen una postura más acomodaticia, y los entrantes, que favorecen una postura más restrictiva, será clave para determinar el camino que tomará la Fed en el futuro.
El sucesor de Bernanke
Después de más de siete años al frente de la institución, Bernanke ha dado señales de no querer continuar al frente de la Fed, una vez que su actual periodo expire en enero del 2014. Aunque no ha declarado nada públicamente, tampoco ha negado contundentemente la idea de no buscar un tercer periodo de presidencia.
En caso de ser ciertos los rumores, el presidente Barack Obama todavía podría persuadir a Bernanke de quedarse en su puesto por otros cuatro años, pero parece que Obama concuerda con los supuestos deseos de Bernanke, ya que en junio declaró que el presidente de la Fed había permanecido en su puesto “más de lo que quería”.
Aunque la salida aún no es oficial, The Wall Street Journal reporta que ya se ha comenzado a buscar un reemplazo.
Aunque la búsqueda está en sus primeras etapas, y probablemente no habrá un anuncio oficial hasta septiembre, ya se especula sobre los posibles candidatos.
Entre los contendientes más fuertes se encuentran Janet Yellen, vicepresidenta de la Fed, y los exsecretarios del Tesoro, Lawrence Summers y Timothy Geithner.
Otras figuras respetadas que se incluyen en las discusiones son los ex vicepresidentes de la Fed, Roger Ferguson y Alan Blinder, así como Christina Romer, expresidenta del Consejo de Asesores Económicos de Obama.
Con la posible salida de Bernanke, la próxima renuncia de la gobernadora Elizabeth Duke y la expiración del periodo del gobernador Jerome Powell, Obama podría llenar estas vacantes y tener un impacto en la Fed que durará durante una década o más. La pregunta es ¿quiénes son las mejores opciones para los puestos?