Desinflan burbuja china
La creciente influencia de China se volvió patente el año pasado: la fuerte expansión del mercado bursátil chino que inició a principios del 2015 terminó con un aterrizaje forzoso en agosto que se tradujo en pérdidas de 5 billones de dólares y que generó un nuevo episodio de volatilidad que se transmitió a lo largo del sistema financiero internacional.
Sin embargo, la debacle bursátil china y su subsecuente salida de capitales no fueron las principales disrupciones provenientes del gigante asiático.
La creciente influencia de China se volvió patente el año pasado: la fuerte expansión del mercado bursátil chino que inició a principios del 2015 terminó con un aterrizaje forzoso en agosto que se tradujo en pérdidas de 5 billones de dólares y que generó un nuevo episodio de volatilidad que se transmitió a lo largo del sistema financiero internacional.
Sin embargo, la debacle bursátil china y su subsecuente salida de capitales no fueron las principales disrupciones provenientes del gigante asiático.
El deterioro de la demanda de la segunda mayor economía del mundo se tradujo en un colapso en el precio de las materias primas. Esto afectó negativamente a la economía global, particularmente en los países emergentes altamente dependientes de la exportación de estos productos.
Ahora las materias primas parecen dar señales de que están reviviendo. El mes pasado, en un solo día, se situaron 261 mil millones de dólares en posiciones de contratos de futuros en los tres principales mercados de materias primas de China.
El mercado de algodón puede ser utilizado como referencia para poner esta cifra en perspectiva. Durante esta ‘fiebre’ de materias primas, se comerció en una jornada del mercado Zhengzhou algodón suficiente para fabricarle unos pantalones de mezclilla a toda la población global.
El auge reciente de los precios de las materias primas presenta un dilema: ¿el fenómeno obedece a un periodo de especulación o resulta de un incremento real en la demanda?
Burbuja sin reventar
Las últimas crisis financieras de significancia global cuentan con un común denominador: la crisis de deuda asiática de los noventa, la burbuja de las dotcom de inicios de siglo y la crisis hipotecaria subprime son casos en los que la especulación dio origen a un auge sin fundamento que últimamente se tradujo en un colapso en el que los efectos financieros se trasladaron hacia la economía real.
El fenómeno ha llamado la atención de las autoridades de política económica de China. El gobierno determinó una serie de regulaciones a la ejecución de las operaciones con el fin de desincentivar la especulación. Antes de que reviente la burbuja, las autoridades están intentando desinflarla gradualmente.
Hasta el momento han tenido éxito. Desde que el mercado de materias primas alcanzó un pico a mediados de abril, el volumen de las operaciones se ha reducido a la mitad y el precio de ciertos productos ha disminuido sustancialmente. En relación a sus precios máximos anuales del 21 de abril, el precio de los futuros del acero y del carbón han caído 15 por ciento y 18 por ciento respectivamente.
Paralela subprime
Sin embargo, para algunos analistas, el aterrizaje forzoso de un episodio de especulación podría representar el menor de los males. David Fickling, colaborador del portal Bloomberg, argumenta que el peor escenario es aquel en el que efectivamente el auge del mercado obedezca a un incremento real en la demanda.
En este caso, Fickling explica que la economía china debería estar preparada para una debacle como la de la crisis subprime de Estados Unidos ya que el auge de la demanda únicamente puede ser explicado por el “preocupante ascenso” de los niveles de deuda del país asiático.