Probablemente no hay una relación de dependencia económica más marcada que la que mantiene México con Estados Unidos. A pesar de que México es el país con el mayor número de tratados comerciales en el mundo, el 80 por ciento de sus exportaciones se destinan hacia Estados Unidos.
En el 2014, a 20 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la consultora McKinsey & Co. publicó un reporte titulado “El cuento de los dos Méxicos”. En él, se hacía referencia a la diferencia de productividad, nivel salarial y de inversión entre la economía exportadora y la economía del mercado interno.
Para McKinsey, el hecho de que México se haya convertido en una potencia manufacturera y no se reflejara en su tasa de crecimiento, obedecía al lastre del sector interno de baja productividad.
Sin embargo, el avance económico de México logrado a partir del TLCAN se encuentra en riesgo. Las campañas presidenciales de Estados Unidos han puesto a la relación comercial con México al centro del debate.
Asimismo, la inmigración se ha convertido en un tema toral, tanto para el candidato republicano Donald Trump, como para la candidata demócrata Hillary Clinton. Una política adversa para México en este rubro podría verse reflejada en una merma significativa de los más de 24 mil millones de dólares que recibe México cada año en remesas.
El debate económico estadounidense ha puesto sobre la cuerda floja a dos pilares del modelo económico mexicano: la apertura comercial, que se volvió más evidente con la entrada de México al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), así como el ingreso de remesas que reciben en su mayoría hogares con ingresos mensuales menores a 10 mil pesos, según cifras del INEGI.
Por otra parte, el manejo macroeconómico que privilegiará el siguiente presidente de Estados Unidos será crucial para el futuro económico de México.
Lo que dicen los candidatos
Tanto Hillary Clinton como Donald Trump han emitido declaraciones públicas en relación a temas que podrían ofrecer un lineamiento general de su política económica:
Comercio Internacional
>Trump
Trump critica los resultados que ha tenido el TLCAN para Estados Unidos, la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio y la firma del TPP. En ese sentido, plantea renegociar estos acuerdos y aplicar una tarifa arancelaria de 45 por ciento para la importación de productos de China y de 35 por ciento para los productos de México.
>Clinton
A pesar de que Clinton se ha opuesto públicamente a la firma del TPP, su retórica proteccionista es mucho menos marcada que la de Trump. Paradójicamente, cuando era secretaria de Estado, declaró que el TPP representaba el tratado comercial de referencia.
Incluso, Clinton ha advertido sobre los riesgos de una posible guerra comercial con China.
Inmigración
>Trump
Uno de los pilares de Trump yace en su postura anti-inmigrante. Ha prometido la construcción de un muro a lo largo de la frontera de México y Estados Unidos, así como la deportación de los 11 millones de inmigrantes ilegales que residen en el país, y dejar de otorgar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos e incrementar la vigilancia fronteriza.
>Clinton
Clinton contrasta con la postura de Trump respecto a la inmigración. Apoyó la acción ejecutiva del presidente Barack Obama que busca impedir la deportación masiva de inmigrantes. Por otra parte, Clinton ha prometido la creación de la Oficina Nacional de Inmigración para dar cauce a una política que conduzca a la obtención de la ciudadanía estadounidense.
Reserva Federal
>Trump
Favorece el status quo. Trump apoya el trabajo de la actual presidenta Janet Yellen e incluso se mantiene a favor de la política de bajas tasas de interés, mientras se mantenga a la inflación bajo control. Sin embargo, también ha declarado que reemplazaría a Yellen por un funcionario más afín a los republicanos.
>Clinton
El discurso de Clinton ha enfatizado que la Reserva Federal debería estar sujeta a un escrutinio más severo. En ese sentido, no sólo se extendería la vigilancia sobre el banco central, sino que se impediría el nombramiento de banqueros privados en los comités regionales de la Reserva Federal.