Trump va por Keystone XL

La política energética del presidente de Estados Unidos, Donald Trump viene inclinada hacia la integración y  favorecer la producción de petróleo y gas; un mercado que estuvo estancado  por los precios bajos.

Por ejemplo, ayer, Trump firmó órdenes ejecutivas para reactivar dos polémicos oleoductos, que fueron vetados por su antecesor, Barack Obama: Keystone XL y Dakota Access.

Lourdes González Lourdes González Publicado el
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“A partir de ahora vamos a comenzar a hacer oleoductos en Estados Unidos (…) vamos a renegociar algunos de los términos (del acuerdo), y si les gustan, veremos si podemos conseguir que se construya ese oleoducto” 
Donald TrumpPresidente de Estados Unidos

La política energética del presidente de Estados Unidos, Donald Trump viene inclinada hacia la integración y  favorecer la producción de petróleo y gas; un mercado que estuvo estancado  por los precios bajos.

Por ejemplo, ayer, Trump firmó órdenes ejecutivas para reactivar dos polémicos oleoductos, que fueron vetados por su antecesor, Barack Obama: Keystone XL y Dakota Access.

Alejandro Limón Portillo, investigador del Centro de Investigación Económica y  Presupuestaria (CIEP), expresó que Trump viene con una agenda completamente pro petróleo, pro gas, y shale.

“La política energética de Estados Unidos viene enfocada a combustibles fósiles”, sostuvo.
Apuntó que cuando se anunció la victoria de Donald Trump, el índice de empresas y de activos renovables cayó porque todos saben que trae una política de combustibles fósiles.

Otro ejemplo de esta política se encuentra en sus nominaciones de gabinete. Rex Tillerson, el ex director general de Exxon, es el secretario de Estado de la administración de Trump. Esta semana, Tillerson fue ratificado en una votación de 11-10 en el Senado. Por otro lado, Rick Perry, el ex gobernador de Texas, dirigirá el Departamento de Energía. Anteriormente, Perry había propuesto eliminar este departamento.

“Sí trae el tema de la unificación energética, pero más en el sentido de recuperar los combustibles fósiles”, manifestó Limón Portillo.

También el asunto del carbón venía  a la baja por el exceso de regulación en esa industria, para poder dar más empuje al gas natural.

“Se ha dedicado a disolver cosas, en este caso, se ha dedicado a dar fuerza  a la política de combustibles fósiles. Hoy mismo, disolvió esto que Obama prohibió por daños al medio ambiente”, declaró.

Por un lado, construye y une a la industria de energías fósiles y por otro disuelve la energía renovable.

Alejandro Limón señaló que el inventario de producción de petróleo de Estados Unidos se incrementó, contrario a todo lo que hicieron el resto de los países, que bajaron la producción con el fin de elevar los precios.

“Tuvo más peso el alza en producción de Estados Unidos, que el detrimento de producción de todo el mundo”, agregó.

Lo anterior refleja el temor de la política energética de Estados Unidos, que de nuevo demuestra que tienen el sartén por el mango en el tema de la energía.

Renace la polémica

En diciembre del año pasado, Obama decidió detener la construcción del oleoducto en Dakota del Norte, que pasa por debajo del lago Oahe, un embalse del río Missouri, luego de repetidas protestas contra el proyecto por obstruir el suministro de agua de una comunidad indígena.

El oleoducto Keystone XL tiene el objetivo de transportar petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el territorio estadounidense de Nebraska.

“A partir de ahora vamos a comenzar a hacer oleoductos en Estados Unidos (…) vamos a renegociar algunos de los términos (del acuerdo), y si les gustan, veremos si podemos conseguir que se construya ese oleoducto”, precisó Donald Trump.

El presidente declaró a periodistas en la Casa Blanca que se crearán 28 mil puestos de trabajo, que serán grandes empleos en el sector de la construcción.

El oleoducto Keystone XL fue planeado con una extensión de mil 900 kilómetros para transportar alrededor de 830 mil barriles diarios de petróleo.

En cuanto al proyecto Dakota Access, compromete una inversión de 3.7 mil millones de dólares para transportar unos 470 mil barriles de petróleo.
 

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