China no termina de salir de un problema cuando ya se metió en otro.
El gigante asiático podría pronto enfrentarse a sanciones económicas sin precedentes por parte de Estados Unidos, diseñadas para castigar a los individuos y empresas que se han beneficiado a través del ciberespionaje.
El diario The Washington Post reporta que el gobierno estadounidense no ha tomado una decisión final sobre estas sanciones, pero que ésta debe llegar dentro de las próximas dos semanas según el testimonio anónimo de oficiales cercanos a la discusión. Las autoridades estadounidenses argumentan que el espionaje emprendido por hackers chinos ha resultado en el robo de información que va desde planos de plantas nucleares hasta el código de programación detrás del buscador de Google.
De proceder, las sanciones representarían el primer uso de una orden ejecutiva firmada en abril de este año por el presidente estadounidense Barack Obama, la cual otorga a las autoridades la capacidad de congelar los activos financieros y propietarios de individuos y entidades que cometan actos destructivos o espionaje comercial a través del ciberespacio.
La posibilidad de sanciones económicas llega en un mal momento para China, y no sólo porque el presidente de la segunda mayor economía del mundo, Xi Jinping, se dispone a realizar su primer visita de Estado hacia Estados Unidos durante el próximo mes.
Las sanciones además llegarían en un momento durante el cual China está experiementando su peor colapso bursátil desde 1992 y su menor crecimiento económico en los últimos 25 años. Esta situación ha resultado en una intervención financiera sin precedentes y en la mayor devaluación de la moneda china en 20 años.
Nueva intervención
El portal de noticias Bloomberg reporta que el sábado, durante una reunión con 50 corredoras de bolsa, la Comisión Reguladora de Valores de China (CRVC) solicitó al sector financiero chino contribuir otros 100 mil millones de yuanes (el equivalente de 15.7 mil millones de dólares) a un fondo diseñado para rescatar los mercados accionarios del país.
Durante la reunión, que contó con la presencia de Xiao Gang, presidente de la CRVC, se pidió a las corredoras que cotizan en los mercados accionarios realizar recompras de acciones equivalentes hasta al 10 por ciento del total de su capitalización de mercado.
Esta decisión preocupa a observadores domésticos y extranjeros, que advierten que la campaña de intervención que el gobierno chino emprendió desde hace dos meses no está dando resultados.
Y es que, a pesar de los casi 200 mil millones de dólares que el gobierno chino ha invertido para sostener sus mercados, la Bolsa de Valores de Shanghái, la más grande de la China continental, ha extendido su caída hasta borrar todas sus ganancias realizadas en el curso del año.