E-cigarro: millonario, pero ilegal

La popularidad de estos productos entre los consumidores despierta el interés de los grandes jugadores de la industria tabacalera, a pesar de que aún se enfrentan a importantes desafíos en materia de regulación
Mara Echeverría Mara Echeverría Publicado el
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Daniel Rodríguez intentó varias veces dejar de fumar y logró reducir su consumo con la ayuda del cigarro electrónico, el producto estrella de un negocio que deja ganancias millonarias, pero que todavía se enfrenta a la barrera de la regulación en el país.

El vaping, como se le conoce a la industria, tuvo un valor de 8 mil 610 millones de dólares en 2016 a nivel mundial, cifra que se espera crezca 17.4 por ciento para 2023 a 26 mil 839 millones, de acuerdo con cifras de Research and Markets.

Es un dispositivo operado con batería que emite dosis de nicotina vaporizada o soluciones que no contienen nicotina para el usuario

En México, el negocio del vapeo crece entre la penumbra, a causa de la prohibición en la venta de los dispositivos electrónicos, aunque esto no ha sido una limitante para evitar su adopción entre quienes buscan una alternativa para decir adiós al cigarro convencional.

“Mi primer acercamiento con el cigarro electrónico fue por un amigo y la curiosidad me llevó a internet, ahí descubrí casi por accidente la que ahora es mi tienda de confianza, pero no sabía que su venta estaba prohibida hasta que investigué más a fondo”, revela Rodríguez.

Las pequeñas y medianas empresas son las que apuestan por el mercado que rodea a estos dispositivos y que abarca desde la importación hasta la elaboración de los líquidos con saborizante que se emplean a manera de ‘tabaco’, los cuales pueden o no contener nicotina.

Roberto Sussman, director de la asociación de consumidores de cigarro electrónico Provapeo, considera que la estrategia de las tabacaleras internacionales al sumarse a este mercado es una buena señal por la apertura que le pueden dar.

Los fabricantes invierten más en tecnología, con el objetivo de que sus productos aventajen a los competidores del mercado

“No veo el porqué no entrarían en el negocio las trasnacionales. El segmento es suficientemente grande para abarcar los diferentes nichos. Hay personas que van a consumir los productos de los pequeños, que serán abiertos y otros, los de los grandes, que estarán elaborados por procesos industrializados por lo que se llaman cerrados”, explica.

Marlboro levanta la mano

Los gigantes tabacaleros también quieren entrar al ruedo en el que Philip Morris ya es un competidor.

El productor de marcas líderes de cigarros convencionales como como Marlboro y Chesterfield tiene un plan para integrar en su portafolio productos que compitan en la categoría de dispositivos que no hacen combustión.

Gonzalo Salafranca, director de asuntos corporativos de Philip Morris México, detalla que sus sticks (vapeadores) tienen potencial para reducir los riesgos sanitarios generados por el tabaquismo.

“Es inevitable que las grandes tabacaleras entren a esta industria, ya que hay mercado para todos”
Roberto SussmanDirector de Provapeo

“En el país hay mucha gente que lo utiliza. Existe una alta demanda y creemos que tiene sentido que los fumadores puedan acceder a mejores alternativas, aunque lo mejor para la salud es no consumir nicotina”.

El directivo expone que en México, a pesar de que se realizan esfuerzos para combatir la adicción al tabaco, el número de fumadores es muy importante.

La compañía tiene como meta que para 2025, el 30 por ciento de su volumen de producción corresponda a esta categoría, pero en México aún se enfrenta a un gran desafío.

“La regulación mexicana se aprobó en 2008 cuando estos productos no estaban en la mente de casi nadie y por eso se requiere de una adecuación del marco legal para dar cabida a una categoría de dispositivos que comparten como característica la ausencia de combustión y que representan una opción para los fumadores”., expone.

“Es importante que exista un debate en México sobre cómo estos productos pueden contribuir a los objetivos de salud pública desde el principio de reducción de riesgo”
Gonzalo SalafrancaDirector de asuntos corporativos de Philip Morris

Popularidad clandestina

Los usuarios de estos dispositivos se denominan ‘vapeadores’ y, al igual que Rodríguez, han encontrado en estos dispositivos una alternativa que les ayuda a mitigar la ansiedad que les produce su adicción al tabaco por la similitud con el cigarro convencional.

El auge de e-cigarro en los últimos cinco años ha llevado a los consumidores a adquirirlos en el mercado 56.1 #Negocios negro a través de internet o en tiendas físicas que funcionan como ‘clubs de vapeo’ y que no están del todo dentro del marco legal.

La característica de estos lugares, cuenta Daniel Rodríguez, es la atención personalizada y que promueve la convivencia entre vapeadores que termina en un tipo de hermandad.

De acuerdo con Sussman, en los últimos cinco años la penetración de productos que eliminan el proceso de combustión de tabaco pasó de cero a 400 mil usuarios.

10
millones de mexicanos han intentado dejar de fumar, cifra que representa 56.1 por ciento de los fumadores actuales

El también investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declara que la prueba de fuego es identificar si con el vapeo logra una disminución del consumo de tabaquismo, como sucede en Reino Unido, donde mediante su uso recreativo autoridades sanitarias buscan disminuir la adicción al tabaco.

El director de Provapeo coincide con Salafranca, de Philip Morris, en la necesidad de un diálogo en el que participe el gobierno, integrantes del sector, la comunidad médica y, por supuesto, los consumidores.

“Es una industria que puede contribuir a mejorar la salud. Es posible que los grandes tabacaleros entren al juego con el paso del tiempo y con esto el mercado se reparta porque los productos son distintos, pero es importante que se tenga una buena regulación en México”.

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