No hay imagen disponible

El adversario oculto

En la actual guerra petrolera, los bandos opuestos parecen no estar prestando suficiente atención a un enemigo común que podría causar daños severos: los crecientes inventarios petroleros.

Desde el 2014, Arabia Saudita y sus aliados dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han mantenido una estrategia de maximizar su producción de crudo para ampliar su participación de mercado contra la de sus competidores. 

-700,000
barriles
la reducción interanual que el nivel de producción petrolera estadounidense registrará en el tercer trimestre del 2016, según la AIE
El crecimiento de los inventarios petroleros podría estancar de forma prolongada los precios aún cuando la producción sea recortada
"Puede que llegue el final del año y, aunque la oferta y la demanda estén balanceados, el mercado se encoja de hombros y diga ‘¿y qué?’ porque está esperando evidencia de que se están reduciendo los inventarios”
Mike WittnerDirector de mercados petroleros en Societe Generale

En la actual guerra petrolera, los bandos opuestos parecen no estar prestando suficiente atención a un enemigo común que podría causar daños severos: los crecientes inventarios petroleros.

Desde el 2014, Arabia Saudita y sus aliados dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han mantenido una estrategia de maximizar su producción de crudo para ampliar su participación de mercado contra la de sus competidores. 

Hasta la fecha esto sigue alimentando una sobreoferta petrolera global que de por sí ya estaba hinchada gracias al crecimiento de la producción en Estados Unidos y Rusia durante los últimos años, causando un declive de 70 por ciento en los precios de este energético. Mientras que en junio del 2014 el barril de crudo se cotizaba en más de 110 dólares por barril, en lo que va del 2016 su precio ronda los 30 dólares por barril.

De esta forma, la lógica de la OPEP fue recuperar participación de mercado al ahogar a sus competidores de mayores costos en un escenario de bajos precios que los orillara a la bancarrota, como está ocurriendo con los productores de hidrocarburos shale en Estados Unidos o con los de arenas bituminosas en Canadá.

Pero aunque la estrategia parece estar funcionando en ese sentido, también ha impulsado el crecimiento de los inventarios petroleros, lo cual podría estancar de forma prolongada los precios aún cuando los recortes de producción desaparezcan la sobreoferta. 

Esto agregaría otra víctima a la estrategia de la OPEP: la salud de las finanzas públicas de países exportadores de crudo como México, Brasil o Rusia.

Reservas a reventar

Entre el 2014 y el 2016, alrededor de mil 100 millones de barriles se han agregado a los inventarios globales de crudo. Tan solo en los países desarrollados el volúmen de estos inventarios  ya rebasa los 3 mil millones de barriles

La Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé que estos inventarios seguirán creciendo hasta el final del 2017, y que eliminarlos tomará hasta el 2021.

“Puede que llegue el final del año y, aunque la oferta y la demanda estén balanceados, el mercado se encoja de hombros y diga ‘¿y qué?’ porque está esperando evidencia de que se están reduciendo los inventarios”, dijo Mike Wittner, director de investigación de mercados petroleros en el banco Societe Generale, en entrevista con Bloomberg.

Wittner subraya que “pasar de inventarios en crecimiento a un balance (de oferta y demanda) podría no ser suficiente (para impulsar los precios petroleros)”.

De vuelta a 1998

El antecedente histórico de esta situación se presentó en 1998, cuando la demanda petrolera colapsó debido a las crisis financieras de Asia.

En esa ocasión los precios del crudo siguieron cayendo a pesar de que la OPEP recortó su producción. El valor del petróleo no comenzó a recuperarse hasta que los inventarios en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) descendieron en 1999.

Este escenario parece repetirse, dando confianza a la predicción de precios “más bajos, por más tiempo” realizada por Goldman Sachs y Citigroup.

“El mercado tendrá dificultades (para subir precios) una vez que la oferta y demanda se muevan hacia un déficit, a medida que el excedente de inventarios probablemente actúe como un lastre hasta que los niveles de las reservas se normalicen”, dijo Jeff Currie, director de investigación de commodities en Goldman Sachs. 

Irán: El otro rival

Irán, el mayor rival regional de Arabia Saudita, también ha contribuido al pesimismo en los mercados energéticos al prometer expandir su producción para recuperar la participación que perdió tras cuatro años de sanciones económicas internacionales.

Sin embargo el prometido retorno de Irán, país que solía ser el segundo mayor exportador petrolero de la OPEP antes de la imposición de las sanciones en 2012, no se ha logrado concretar hasta el momento. 

A pesar de que el Ministerio de Petróleo iraní prometió que expandiría sus exportaciones de crudo en 50 por ciento tan pronto las sanciones fuesen removidas, seis semanas después de que se acordó permitirle volver a los mercados su exportación ha crecido en sólo casi un tercio de esta cifra.

“Irán se enfrenta a obstáculos en el corto plazo para recuperar la participación de mercado que perdió ante otros miembros de la OPEP, y en restaurar su producción a los niveles previos a las sanciones”, dijo Harry Tchilinguirian, director de estrategia de mercados de commodities en BNP Paribas, en entrevista con Bloomberg.

Entre estos obstáculos se encuentran dificultades técnicas para revivir la explotación en pozos petroleros que sufren envejecimiento y limitaciones persistentes en su sistema bancario.

Te puede interesar