El apetito asiático

En el mercado global energético, una región está cobrando cada vez más importancia: Asia y el Pacífico.

Este rincón del mundo ha incrementado significativamente su consumo energético en los últimos años, y ahora la demanda asiática está a punto de rebasar a la del mundo occidental.

Pero el dominio asiático no será fácil de lograr, y la fuerte competencia está desatando una guerra de precios entre los principales productores petroleros del mundo.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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el crecimiento que registró el consumo petrolero anual de Asia-Pacífico en la última década, gracias al boom económico de países como China e India
"El crecimiento infinito del consumo material en un mundo finito es una imposibilidad”
Ernst F. SchumacherEconomista británico del siglo XX
Desafortunadamente para los productores petroleros, su mayor competencia en Asia contribuye al estancamiento de los precios del crudo

En el mercado global energético, una región está cobrando cada vez más importancia: Asia y el Pacífico.

Este rincón del mundo ha incrementado significativamente su consumo energético en los últimos años, y ahora la demanda asiática está a punto de rebasar a la del mundo occidental.

Pero el dominio asiático no será fácil de lograr, y la fuerte competencia está desatando una guerra de precios entre los principales productores petroleros del mundo.

La región Asia-Pacífico contiene una demanda creciente gracias principalmente a grandes mercados emergentes como China e India, cuyo boom de crecimiento económico en las últimas décadas ha requerido el consumo de cada vez más recursos para mantener su paso acelerado.

Bloomberg reporta que hace 50 años el consumo petrolero de la región, de alrededor de 3.1 millones de barriles diarios de crudo, equivalía a apenas un séptimo de lo que consumían en total los países de Europa y América.

Hoy en día el volumen de consumo asiático es más de 10 veces mayor, alcanzando los 40.3 millones de barriles diarios, y está a punto de rebasar el consumo occidental, el cual se ha estancado rondando los 43 millones de barriles diarios en el periodo posterior a la crisis del 2008 y 2009.

Más allá de la demanda, la oferta petrolera local de Asia-Pacífico no es abundante, lo cual implica que la región importa casi el 80 por ciento de su consumo. En el Occidente, en cambio, esta proporción es sólo de alrededor de 33 por ciento.

La tendencia de importación también favorece actualmente a Asia, ya que las nuevas fuentes de hidrocarburos en Occidente (como los hidrocarburos shale en Estados Unidos) han reducido la proporción de las importaciones en el consumo regional en los últimos años.

Entre el 2000 y el 2015, la proporción que ocupan las importaciones dentro del consumo petrolero total de Asia-Pacífico se incrementó en 19 por ciento, mientras que en Occidente ésta registró un declive de 37 por ciento.

Intensa competencia

Esta combinación de factores, junto con la proximidad geográfica, vuelve a Asia-Pacífico un destino extremadamente atractivo para los productores petroleros del Medio Oriente, que han incrementado su producción y recortado sus precios para poder competir por participación de mercado en la región.

Productores como Arabia Saudita e Irán, venden su crudo a un descuento contra los precios de referencia para poder atraer más consumidores. Esta tendencia se ha incrementado gracias a la mayor competencia por parte de importaciones provenientes de Latinoamérica, África y Rusia.

Desafortunadamente para los productores, esta mayor competencia en Asia, al combinarse con una menor demanda petrolera en el resto del mundo, vuelve probable el que los precios petroleros se mantendrán estancados por los próximos años, alejando la posibilidad de que los precios superiores a los 100 dólares por barril registrados antes del colapso de los últimos dos años se repitan pronto.

México en la jugada

Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones petroleras mexicanas, el volumen de éstas que se dirige hacia el vecino norteño de México ha caído alrededor de 50 por ciento desde el 2011 y ahora se encuentra cercano a su menor nivel desde 1990.

México enfrenta mayor competencia por parte de productores estadounidenses, como los de la industria del shale, lo cual contribuye al declive. Pero otro factor es un intento por diversificar los clientes petroleros del país.

En el mismo periodo que las exportaciones hacia Estados Unidos han caído, las que se dirigen hacia Europa (particularmente España, Italia, Francia y Países Bajos) y Asia (particularmente India, Corea del Sur, Japón y China) se han incrementado en casi la misma proporción. En ese sentido, México no está exento de la tendencia hacia mayor competencia por el mercado asiático.

Sin embargo, a pesar del atractivo estructural que Asia-Pacífico representa, tanto para México como para otros productores debería de resultar preocupante el que algunas de las mayores economías de la región han mostrado señales de desaceleración en los últimos meses. Esto podría deprimir la demanda petrolera regional, y los precios internacionales, en el próximo año.

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