Eike Batista, el magnate brasileño presidente del conglomerado energético y minero Grupo EBX, solía ser un ejemplo del éxito brasileño. Llegó a ser el séptimo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.
Pero una serie de circunstancias, descritas por Bloomberg como “una tormenta perfecta”, han causado que su fortuna pase de casi 33 mil millones de dólares en abril de 2012 a menos de 200 millones de dólares en agosto de 2013 – una caída de más del 99 por ciento.
Gran parte de los problemas de Batista ha resultado del fracaso de la principal empresa de su compañía, OGX, dedicada a la explotación de petróleo y gas, y la segunda mayor petrolera brasileña, después de Petrobras.
Aunque Batista preveía que la producción petrolera de OGX alcanzaría los 1.4 millones de barriles diarios para el 2020, su producción a mayo de este año era de tan solo 10 mil barriles diarios.
A causa de la baja producción de OGX y la caída en los precios de los metales explotados por la minera MMX (también propiedad de Batista), las acciones de las empresas del Grupo EBX cayeron precipitadamente.
Un reporte de UBS indicó que, sin petróleo, el conglomerado estaba hundido, y esto afectaría no solo a sus propias compañías sino a acreedores como el banco de desarrollo BNDES, el banco estatal Caixa Económica y los bancos privados Bradesco e Itaú.
La producción no levanta
El periódico The Financial Times reporta que el plan para OGX, fundada en el 2006, era explotar sus yacimientos y utilizar los buques de otra empresa del conglomerado, OSX, dedicada a los servicios para la industria petrolera, para comercializarlos desde el puerto de Açu.
El puerto es propiedad de LLX, una empresa dedicada a los servicios de logística que también forma parte del Grupo EBX.
MPX, la empresa de energía de Batista, proveería recursos para OGX, y MMX, su empresa minera, se enfocaría en otros negocios.
Añade que OGX pintaba un panorama muy optimista para sus inversionistas en el 2008, pero admitía que pozos localizados cerca de algunos de sus proyectos principales en la Cuenca Campos “no habían resultado comercialmente viables” en ese momento.
La advertencia no fue en vano, ya que la tecnología necesaria para extraer petróleo de los campos de la compañía no está disponible.
En julio de este año, después de meses de no lograr alcanzar sus estimaciones de producción, OGX declaró que “no existe, en este momento, la capacidad tecnológica” para volver económicamente viable la explotación de sus pozos.