El costo de separarse

La independencia tiene su precio. La segregación política de Escocia respecto del Reino Unido amenazaría el status quo y la estructura económica escocesa.

Escocia representa el 9.5 por ciento de la economía de Reino Unido. El país cuenta con actividad relevante en los sectores de energía, biotecnología, textiles, bebidas y aparatos electrónicos. 

Analistas consideran que los niveles de productividad y salarios son “relativamente altos”.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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12,000
millones de dólares es la estimación que hace Bloomberg de proyectos que se perderían o retrasarían con la independencia
"Después de la independencia escocesa, el crecimiento de un fuerte poder económico en el norte de estas islas beneficiará a todo el mundo, sobre todo a nuestros vecinos cercanos del norte de Inglaterra"
Alex SalmondLíder del Partido Nacional Escocés y figura central de la campaña independentista
"Para mí es simple. No puedes obtener el cambio que deseas si divides a tu país. No puedes cambiar si saboteas tu economía, dañas tus negocios y degradas tu posición en el mundo"
David CameronPrimer ministro británico
en un discurso dirigido
al pueblo escocés
Los argumentos independentistas incluyen que Escocia aporta más recursos al gobierno central de Londres que los beneficios recibidos
http://youtu.be/B9KjpeEyEhA

La independencia tiene su precio. La segregación política de Escocia respecto del Reino Unido amenazaría el status quo y la estructura económica escocesa.

Escocia representa el 9.5 por ciento de la economía de Reino Unido. El país cuenta con actividad relevante en los sectores de energía, biotecnología, textiles, bebidas y aparatos electrónicos. 

Analistas consideran que los niveles de productividad y salarios son “relativamente altos”.

El discurso de la campaña independentista basa su retórica en el argumento de que Escocia aporta más recursos al gobierno central de Londres que los beneficios recibidos después de que los ingleses toman decisiones de gasto y políticas públicas.

Históricamente ha existido un debate no resuelto en el Reino Unido sobre quién subsidia a quién.  

Además, los escoceses consideran al gobierno de Londres como una institución excesivamente centralizada. 

En Estados Unidos el 60 por ciento de los impuestos son recaudados por el Gobierno Federal, en Reino Unido la cifra asciende al 95 por ciento.

Jeffrey Sachs, un economista estadounidense de la Universidad de Columbia, afirma que hay dos cuestiones fundamentales en los motivos independentistas de Escocia: las ganancias potenciales de las reservas petroleras del Mar del Norte y un cambio de políticas hacia un estilo escandinavo de seguridad social.  

Analistas y académicos de todos los espectros coinciden en que la independencia significaría costos inherentes. 

El economista Jeffrey Sachs apunta que la magnitud de los costos puede moderarse en función de la relación y negociaciones entre Reino Unido y Escocia.

Argumenta que la transición ordenada es posible: “Los costos de separación son una cuestión de elección, no de inevitabilidad”.

Pero los riesgos son latentes. Una transición monetaria desordenada podría generar pánico financiero. Adicionalmente, la incertidumbre económica podría desincentivar la inversión y el empleo.  
Las principales encuestas dan una ligera ventaja al “No” a la independencia. Aunque los mercados permanecen en calma, analistas no descartan volatilidad en caso de que el pueblo escocés opte por la independencia.

Los riesgos de independizarse

Este podría ser el panorama para Escocia si vota a favor de separarse del Reino Unido, e incluye desde la posible retirada de empresas, hasta caer en crisis de deuda similar a la de Grecia:

> Éxodo empresarial
Grandes firmas, como el Royal Bank of Scotland (RBS), TSB, Aegon y Standard Life, anunciaron planes para salir de Escocia en caso de que el país consiga su independencia. 

Además, la segregación implica la terminación de importantes contratos de defensa. Bloomberg estima una pérdida de 12 mil millones de dólares en proyectos.  

> Más impuestos, más austeridad
Escocia tendría que adquirir parte de la deuda de Reino Unido, aunque sin el beneficio de subsidios. Analistas calculan que el país comenzará a operar con un déficit fiscal de 6 por ciento del PIB. La presión fiscal podría orillar a Escocia a subir impuestos y a reducir el gasto público sustancialmente.

> Adiós rescates
El Banco de Inglaterra declaró que no será prestamista de última instancia de los bancos escoceses en ninguna circunstancia. En el 2008 el gobierno gastó 37 mil millones de libras para rescatar al Banco de Escocia. 

Esta coyuntura podría verse traducida en salidas de capital que obligarían al país a elevar sus tasas de interés en detrimento del crecimiento.

> ¿Nuevo país, nueva divisa?
Escocia pretende seguir utilizando la libra esterlina como su moneda, o al menos una nueva moneda escocesa pegada al valor de la libra. En el segundo caso, el gobierno necesitaría mantener una gran cantidad de reservas en el Banco Central.  

El uso de diferentes divisas desincentivaría el comercio con Reino Unido dados los nuevos costos de transacción.

> Otro país periférico
La unión monetaria sin unión fiscal podría sumir a Escocia en una crisis de deuda parecida a la de Grecia, señala el economista Paul de Grauwe. 

La ausencia de un prestamista de último recurso y la falta de control sobre la libra hacen factible una crisis de liquidez y una suspensión de pagos (ya que en términos prácticos la deuda se emite en moneda extranjera).

> Disputa petrolera  
Las ganancias de las decrecientes reservas petroleras del Mar del Norte tendrán que ser negociadas con Reino Unido. Las grandes firmas petroleras ya se pronunciaron en contra de la independencia. 

Además, el programa de la Escocia independiente está basando en gran medida su propuesta de estado de bienestar en pronósticos optimistas de ganancias petroleras.

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