Constantemente se alude a la compensación como el obstáculo más grande para un acuerdo comprensivo de cambio climático.
Los países menos industrializados argumentan que necesitan dinero para lidiar con los costos que tendría volverse menos contaminantes, mientras que los países más avanzados rechazan que sea su responsabilidad.
Sin embargo, el juego interminable sobre la supuesta elección entre economía vigorosa o país ecológicamente responsable no sucedería si los debates se diesen dentro de los mismos países.
Si los presupuestos de los países avanzados, y algunos en proceso de industrialización como México, sirven de guía: hay suficiente dinero para todos.
Subsidios peligrosos
Se trata del argumento, bastante convincente, que dio Oil Change International, una organización ecológica con sede en Washington, durante la reunión sobre comercio internacional en Doha, Qatar el pasado 4 de diciembre.
Según datos de la organización y la Agencia Internacional de Energía, los países más industrializados gastaron 58 mil millones de dólares en subsidios a energías fósiles durante el 2011.
Ello contrasta con los 11 mil millones propuestos para financiar la transición a economías verdes en países en vías de desarrollo. Otros incluso llegan a estimaciones mayores.
De acuerdo con lo publicado por Duncan Clark, en The Guardian, en el 2008, año que estuvo en precios históricos el petróleo, todos los países del mundo, incluyendo México, gastaron 500 mil millones de dólares en subsidiar el consumo de estos combustibles.
Ello es lo equivalente a todo el PIB de Suecia.
Diversas estimaciones de la Agencia Internacional de Energía encuentran que simplemente eliminar estos subsidios ahorraría tres cuartas partes de todo el dióxido de carbono que emite la Unión Europea.
Es decir, ni siquiera es necesario debatir sobre el tamaño o mecanismo de un fondo global sobre el calentamiento global.
La solución más sencilla y directa es eliminar los subsidios domésticos a los combustibles fósiles.
El problema es que este debate se debe hacer dentro de las reglas políticas de cada país.