¿El fin de la dieta?

El 2013 fue otro año de caída en las ventas de refrescos en Estados Unidos, y los productos más afectados han sido los refrescos de dieta, cuyas ventas caen casi el doble de rápido que las de otros tipos de bebidas, según reporta The Wall Street Journal. 

Mientras que en términos generales las ventas de refrescos se encogieron un 3 por ciento el año pasado, la caída en las ventas de refrescos de dieta supera en promedio el 5 por ciento. 

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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El 2013 fue otro año de caída en las ventas de refrescos en Estados Unidos, y los productos más afectados han sido los refrescos de dieta, cuyas ventas caen casi el doble de rápido que las de otros tipos de bebidas, según reporta The Wall Street Journal. 

Mientras que en términos generales las ventas de refrescos se encogieron un 3 por ciento el año pasado, la caída en las ventas de refrescos de dieta supera en promedio el 5 por ciento. 

Con su desempeño en el 2013, los refrescos regulares encadenan ya nueve años consecutivos de caída en sus ventas, además que la caída del año pasado es más del doble la registrada en 2012. 

Los refrescos de dieta, por otro lado, llevan tres años consecutivos de caída en sus ventas.

Esto es causa de preocupación para las mayores refresqueras del mundo, como Coca-Cola y PepsiCo, ya que la mayor parte de sus ventas globales sigue originándose en Estados Unidos, donde los refrescos de dieta representan aproximadamente un tercio de las ventas totales de refrescos.

Además, estas empresas han utilizado durante años las ventas de refrescos de dieta para compensar la caída en las ventas de refrescos regulares, que han decaído debido a la preocupación de los consumidores debido a sus efectos de salud, sobre todo en lo referente a sobrepeso.

Algunos expertos apuntan que la caída en las ventas de bebidas dietéticas puede deberse a que una proporción cada vez mayor de los consumidores está preocupada debido a los efectos que los endulzantes artificiales, como el aspartame, puedan tener sobre la salud. 

Esto a pesar de que décadas de estudios por parte del gobierno estadounidense han comprobado que estas sustancias son seguras para el consumo humano.

El efecto mexicano

De este lado de la frontera las cosas tampoco marchan bien para las compañías refresqueras, ya que los nuevos impuestos aprobados como parte de la reforma fiscal afectan a sus productos. 

Como parte del Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS), la reforma contempla gravar con un peso por litro a las bebidas saborizadas y endulzadas.

Tanto en México como en Estados Unidos, quien más sufre ante estas situaciones es la compañía que esté más involucrada en la venta de refrescos.

En este caso, se trata de Coca-Cola, que deriva el 60 por ciento de sus ganancias estadounidenses de la venta de refrescos. 

PepsiCo, por otro lado, obtiene solo el 25 por ciento de sus ganancias de los refrescos, ya que se ha diversificado hacia la venta de botanas.

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