México no es el único país que intenta arrebatarle el ímpetu al boom de gas shale de Estados Unidos.
John Browne, conocido como el zar del fracking, está haciendo un esfuerzo para impulsar la industria del gas shale en Gran Bretaña.
La carrera de Browne en la industria energética data desde finales de los 60 cuando trabajaba como ingeniero petrolero para British Petroleum.
Browne eventualmente se convirtió en CEO de la firma petrolera, desempeñándose en el cargo por 12 años.
Actualmente, Browne forma parte del gobierno británico, es miembro independiente de la Cámara de Lores de Reino Unido, además de que funge como del presidente del consejo de administración de Cuadrilla Resources Ltd, una empresa que busca explotar gas shale en la campiña inglesa.
Browne compara el potencial británico de la industria del fracking con la apertura energética de Alaska y el Golfo de México.
Argumenta que los beneficios de una industria boyante de gas shale incluyen la obtención de una nueva fuente de energía doméstica, la creación de miles de empleos y una recaudación tributaria de miles de millones de libras.
Gran Bretaña cuenta con una formación importante denominada Bowland-Hodder. El Servicio de Información Geológica Británico estima que la explotación de esta formación podría satisfacer las necesidades energéticas de Gran Bretaña los siguientes 40 años.
El ministro de energía de Reino Unido, Michael Fallon, ha declarado que un boom de gas shale es bienvenido en un país que espera importar más de 70 por ciento de su gas natural para el 2020.
Reino Unido es otro caso dentro de la tendencia mundial de explotación de gas shale alrededor del globo.
Los grandes consorcios energéticos públicos y privados están a la caza de oportunidades en Argentina, Rusia y China, entre otras regiones.