El nuevo factor energético
En la última década, el sector energético de Estados Unidos ha incrementado significativamente su producción de hidrocarburos.
Esto gracias a nuevos avances tecnológicos y conocimientos técnicos que permiten la explotación de recursos que antes eran inaccesibles, como los de los campos de lutitas y de aguas profundas.
Rolando Hinojosahttps://www.youtube.com/watch?v=X9cHcSksbzo
En la última década, el sector energético de Estados Unidos ha incrementado significativamente su producción de hidrocarburos.
Esto gracias a nuevos avances tecnológicos y conocimientos técnicos que permiten la explotación de recursos que antes eran inaccesibles, como los de los campos de lutitas y de aguas profundas.
Pero mientras Estados Unidos vive un boom, los países emergentes exportadores de petróleo, de quienes el gigante norteamericano importa el 40 por ciento del crudo que consume, se han visto presionados, ya que el volumen de las importaciones petroleras de Estados Unidos se redujo casi 24 por ciento entre el 2005 y el 2013.
Así, las importaciones estadounidenses de petróleo alcanzaron en 2012 el nivel que tenían en 1999, y se prevé que estas caigan aproximadamente un 64 por ciento en el periodo 2011-2035.
La caída en las importaciones estadounidenses resulta en menores ingresos para los países exportadores, que ven presionadas sus reservas de divisas extranjeras, resultando en una caída en el valor de sus monedas y en un aumento en la inflación
Vinculado a esto, Bloomberg Businessweek reporta que analistas del sector financiero estiman que de este año al próximo el peso mexicano pierda aproximadamente el 5 por ciento de su valor frente al dólar, mientras que Rusia verá una caída de más del 10 por ciento en el valor del rublo, y Brasil una de casi 25 por ciento en el valor del real.
Otro factor que apunta a que Estados Unidos sea un factor de cambio en el sector energético global es la posibilidad de que este país abra a la exportación sus recursos petroleros, lo cual podría reducir aún más las exportaciones de otros países.
EU, el exportador
El boom energético estadounidense ha cambiado el panorama energético, tanto fuera como dentro de Estados Unidos.
Un cambio en la política energética podría permitir la exportación de crudo estadounidense, lo que incrementaría la producción de petróleo de ese país en más de un millón de barriles diarios, según señala la consultoría IHS.
El aumento de la oferta petrolera tendría un impacto a la baja en el precio mundial del petróleo. La creciente producción estadounidense ha creado una brecha entre el precio del barril doméstico West Texas Intermediate (WTI) y el barril de referencia internacional Brent.
La diferencia actualmente es de siete dólares, sin embargo IHS prevé que la brecha crezca con el paso del tiempo.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que la revolución shale en Estados Unidos ha creado cuellos de botella en el transporte de hidrocarburos a través de ductos.
Esto provoca una acumulación de inventarios que mantiene el diferencial de precios entre el WTI y el Brent.
La ampliación de la red de oleoductos por medio de proyectos como Keystone XL, permitiría mover crudo hasta las refinerías en el Golfo de México.
La región dejaría de ser un puerto de importación de hidrocarburos para convertirse en un exportador para mercados con precios más altos, como Europa.
En este escenario, el petróleo exportado desde el golfo sería tomado como precio de referencia, afectando negativamente a productores que tienen cautivo al mercado europeo y asiático, como es el caso de Rusia y Medio Oriente.
México: Exportaciones se hunden
En 2013, México fue la tercer mayor fuente de importaciones petroleras para Estados Unidos, detrás de Canadá y Arabia Saudita, ya que el 85 por ciento de las exportaciones mexicanas de hidrocarburos se dirigen a este país.
Sin embargo, el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE, por sus siglas en inglés) reporta que entre el 2011 y el 2013 las exportaciones petroleras de México hacia su vecino del norte cayeron en un 24 por ciento.
En 2013, las exportaciones petroleras mexicanas hacia Estados Unidos alcanzaron su nivel más bajo desde 1993, después de caer 47 por ciento en la última década.
El DOE estima que, además del aumento en la producción de hidrocarburos en su país, la principal causa de esta caída ha sido el declive en la producción petrolera de México, que bajó 25 por ciento entre el 2004 y el 2013.
La caída en la demanda del principal producto de exportación de México por parte de su principal socio comercial resulta preocupante al considerar que la venta del petróleo representa más de un tercio de los ingresos del gobierno federal, que en su presupuesto del 2014 fijó en 85 dólares por barril el precio del crudo mexicano.
Además de la preocupación por la caída en la producción y en la exportación petrolera del país, se agrega que expertos prevén que el aumento en las reservas de hidrocarburos de Estados Unidos y Canadá deprima el precio promedio del petróleo en los próximos cinco años, reduciéndolo de 100 a 75 dólares por barril.
Estas tendencias de caída en el precio, producción, y exportación de petróleo representan un duro reto para aquellas economías, como México y Rusia, que dependen de las ventas de este recurso para mantener a flote sus finanzas públicas.