El nuevo golpe petrolero
Hace un año, la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de mantener su objetivo de producción petrolera intacto convirtió el declive en los precios del crudo en un colapso histórico.
Ahora, con los precios tocando su punto más bajo en seis años y los inventarios globales en sus niveles más altos en más de 80 años, los mercados se alistan para un nuevo impacto negativo como producto de la última reunión de la OPEP en el 2015.
Rolando Hinojosa
Hace un año, la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de mantener su objetivo de producción petrolera intacto convirtió el declive en los precios del crudo en un colapso histórico.
Ahora, con los precios tocando su punto más bajo en seis años y los inventarios globales en sus niveles más altos en más de 80 años, los mercados se alistan para un nuevo impacto negativo como producto de la última reunión de la OPEP en el 2015.
El cártel energético se encuentra dividido entre una mayoría, liderada por Irán, que busca recortar producción para impulsar los precios y una poderosa minoría, liderada por Arabia Saudita, que busca mantener o expandir su participación de mercado a través de los precios bajos.
Con el consenso pronosticando que la producción nuevamente se mantendrá intacta, analistas predicen que los días en los que el crudo se cotizaba a más de 100 dólares por barril están lejos de regresar. El actual escenario de bajos precios persistiría hasta por lo menos 2017.
La OPEP, que engloba alrededor del 40 por ciento de la producción petrolera global, se encuentra dividida en bandos liderados por sus dos miembros más poderosos: Irán y Arabia Saudita.
Por un lado, una mayoría de ocho países liderada por Irán aboga a favor de un recorte de producción que impulse los precios del crudo y revierta la reducción de casi medio billón de dólares que los ingresos de la OPEP han sufrido desde el año pasado.
Irán en particular ha indicado que expandirá su producción una vez que se le levanten sanciones económicas que limitan su exportación petrolera, lo cual podría ocurrir en el primer trimestre del 2016 según el banco Société Générale.
Esto inmediatamente colocaría 500 mil barriles diarios adicionales en un mercado de por sí inundado por sobreoferta, con otros 500 mil agregándose dentro de los seis meses posteriores. El ministro de Petróleo iraní, Bijan Namdar Zanganeh, aseveró recientemente que esto procedería sin importar su efecto sobre los precios.
Esta mayoría de dos tercios se topa contra la estrategia implementada por Arabia Saudita y el resto de los países del Golfo Pérsico, que se han rehusado a recortar (e incluso han expandido) su producción y abaratado sus productos con el objetivo de recuperar su participación de mercado.
La minoría de cuatro países cuenta con una influencia desproporcional debido a que reúne más de la mitad de la producción de la OPEP, y a que cuenta con menores presiones fiscales ya que cuentan con amplias reservas financieras y requieren de menores precios para balancear sus presupuestos gubernamentales.
Estancado hasta 2017
La revista Energy Intelligence reportó ayer que Arabia Saudita estaría dispuesta a un recorte de producción de un millón de barriles diarios, efectivo a partir del 2016, sólo si países ajenos a la OPEP se unen al acuerdo para asegurar que no perderá participación de mercado.
Sin embargo, cuando hace un año oficiales de Rusia y de México se reunieron con la OPEP para discutir esta posibilidad no se llegó a un acuerdo, y el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, calificó ayer como “inviable” un recorte de producción.
Para el consenso de los expertos, la división aparentemente infranqueable entre los bandos de Irán y Arabia Saudita resultará en que hoy se anuncie el mantenimiento del actual objetivo de producción, según señala una encuesta de 30 analistas realizada por Bloomberg.
De ser así, el mercado seguirá ahogado en sobreoferta justo en un momento en que la demanda global de crudo se mantiene estancada y los inventarios tocan su punto más alto desde 1930.
Para los expertos del mercado, estas presiones negativas mantendrán apagada cualquier posibilidad de una recuperación en los precios petroleros hasta por lo menos el 2017.