El ojo de las agencias calificadoras está en México
Las calificadoras más importantes del mercado mantienen la nota crediticia de la deuda soberana en perspectiva estable, pero no hay garantías de que se mantenga así el resto de la administración actual
María Fernanda NavarroA juzgar por las calificadoras más importantes del mercado, México tiene la capacidad de pagar sus deudas.
De acuerdo con las agencias calificadoras la perspectivas del país se encuentran en la línea “estable”, que significa un voto de confianza respecto al manejo macroeconómico cuidadoso de la administración actual. Sin embargo, no existen garantías de que éstas no hagan ajustes que generen que México pierda el grado de inversión.
“Esta calificación básicamente es una idea que dan a los inversionistas extranjeros de cuál es la situación o la capacidad de pago que puedan tener de largo plazo cualquier país o empresa.
“En el caso de los países, la deuda soberana es un dato muy relevante que da una idea de la capacidad de pago y el riesgo que interviene en estos papeles, obviamente si hubiera un mayor riesgo el mercado exige una tasa mayor, lo que quiere decir que el gobierno cuando busca emitir deuda o busca financiarse desde el extranjero requiere pagar una tasa más alta y eso significa mayores costos financieros”, explica Carlos Alberto Tabares, director de análisis y estrategia bursátil de Monex.
El pasado 8 de julio Moody’s recortó la nota crediticia de la deuda soberana de México de “Baa1” a “Baa2”, aunque la perspectiva cambió de negativa a estable. La agencia señaló que el manejo fiscal del gobierno de México es “adecuado”, sin embargo apuntó que ha mostrado un incremento moderado en su deuda.
Además afirmó que las débiles perspectivas de inversión, que serán difícil de revertir por los impactos causados por la pandemia de Covid-19, continuarán afectando la debilidad económica de México.
Previo al anuncio de Moody’s, el pasado seis de julio la calificadora Standard & Poor’s ratificó sus calificaciones crediticias soberanas de largo plazo de México en moneda extranjera de “BBB” y en moneda local de “BBB+”.
Esta agencia mejoró la perspectiva de las calificaciones de largo plazo de negativa a estable, misma que refleja la expectativa de que prevalecerá un manejo cauteloso de la macroeconomía del país durante los próximos dos años a pesar de que existe un contexto mundial más complejo, señala el comunicado de la agencia.
“Esperamos que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador siga con políticas económicas que deriven en una dinámica fiscal y de deuda estable”.
Desde la perspectiva de Tabares en los próximos 12 a 18 meses se podrían mantener estas calificaciones a menos de que ocurra algo extraordinario.
“Más que la perspectiva estable resalta cómo las agencias modificaron sus ratings. En el primer caso, Standar and Poor’s anunció que mantiene la calificación en los mismos niveles y digamos que mejora la perspectiva, mantuvo la calificación dos niveles arriba del grado de inversión y mantiene la guía estable.
“En el caso de Moody’s, baja la calificación pero es la calificadora que tenía los niveles más altos, era de esperarse que lo hicieran y entonces lo mantiene en los mismos niveles de Standard and Poor’s y mantiene estable perspectiva, anteriormente lo tenía en perspectiva negativa”, señala el analista de Monex.
Pemex baja ante calificadoras
Moody’s también modificó esta semana la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) de “Ba3” a “B1” y señaló que esta baja en su calificación fue motivada por la rebaja que llevó a cabo en la nota soberana de México. Además mejoró la perspectiva de Pemex de negativa a estable.
“La acción también tomó en cuenta que el acceso de Pemex a los mercados de capital actualmente es limitado debido a su alto riesgo crediticio intrínseco”, señaló Moody’s.
La agencia apuntó a los altos vencimientos de deuda de Pemex durante el periodo de 2022 a 2024 y las expectativas de un flujo de caja libre negativo continuo, así como la necesidad de grandes cantidades de financiamiento externo dadas las pérdidas persistentes en el negocio de refinación de la compañía.