El otro rostro de Wall Street, toros y osos
Dentro del mercado de valores existen los osos y los toros, figuras que vienen acompañadas por tendencias a la baja o al alza y que le han dado una personalidad a la Bolsa de Nueva York
Nayeli Meza OrozcoSu lucha tiene más de 100 años de existir. Los toros y los osos son el yin y el yang de Wall Street, ya que representan las tendencias del mercado. Cuando se trata de rachas alcistas las cornadas de los toros están detrás de esas operaciones, pero si es a la baja se trata de los garrazos que dan los osos para frenarlos.
El nacimiento de estas figuras data del siglo XVII cuando el director de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (WIC) construyó un muro al sur de Nueva York con un doble objetivo: protegerse de los osos que habitaban afuera de la isla de Manhattan y retener a los toros que estaban en el interior.
Muchos años después en la calle en donde se edificó el muro se estableció el corazón financiero de la ciudad y la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés). A la fecha el propósito de retener las subidas y mantener lejos las bajadas sigue vigente gracias a la dinámica de los operadores.
Karl Praz, líder de nuevos proyectos en Bull & Bear Trading Room & Academy, opina que los toros y los osos son figuras que sirven como brújulas para guiar al mercado y se mantendrán vigentes mientras las bolsas de valores existan.
“Son símbolos que se conocen de forma internacional y juegan un papel muy importante en el mercado de valores porque representan el éxito o fracaso que puedan tener en el rubro de las finanzas. Han estado presentes desde hace 100 años y van a continuar para toda la vida”, detalla el instructor de forex.
En la historia de la bolsa estadounidense estos animales se han disputado la mayor cantidad de posiciones. En 1955, los toros hicieron una cornada que le permitió al índice S&P 500 obtener una ganancia total de 454 por ciento, de acuerdo con un análisis de Leuthold Group.
El último auge del mercado comenzó en marzo de 2009 y su desempeño se extendió por más de una década convirtiéndose en la mejor corrida desde la Segunda Guerra Mundial, al obtener un retorno de 472 por ciento.
En este momento destacan algunas empresas que están montadas en un toro que no desea frenar su paso, como Apple o Tesla.
Apple se está preparando para superar las ganancias que reportó durante el año pasado. Analistas de la correduría Needham elevaron el precio de las acciones de la manzana de 280 a 350 dólares, el nivel más alto en Wall Street para la compañía dirigida por Tim Cook.
Dentro de los factores a su favor se encuentra la sólida relación con sus consumidores, situación que provoca lealtad a la marca, misma que es visible en las ventas que reporta cada trimestre.
Durante el periodo comprendido entre septiembre y diciembre del año pasado, la firma con sede en Cupertino logró un beneficio neto histórico de 22 mil millones de dólares.
En el caso de Tesla, sus toros también tienen altas expectativas: los analistas de ARK Invest confían en que las acciones de la automotriz fundada por Elon Musk alcanzarán los 4 mil millones de dólares en los próximos años impulsada por el rápido crecimiento de la fábrica de iones de litio Gigafactory y su expansión en Alemania.
Cautela en el mercado
En la otra esquina del ring se encuentran los osos y aunque su presencia es un poco menos notoria, la figura del animal tiene un gran peso en Wall Street.
Este tipo de espíritu se caracteriza por mantener una mayor precaución y hasta un cierto pesimismo. En un mercado bajista se esperan máximos y mínimos inferiores, similar a lo que ocurrió cuando en 2018 el bitcoin experimentó una desaceleración.
La pérdida media en el mercado bajista es de aproximadamente 34.33 por ciento y la duración media es de 11.7 meses, por debajo de los 55.1 meses del alcista, de acuerdo con un reporte elaborado por Invesco.
Los mercados bajistas se caracterizan porque el S&P cae al menos un 20 por ciento o más desde su máximo anterior.
Juan Carlos Minero, director de estrategias de inversión para Black Wall street Capital Mexico, considera que estas figuras son más notorias en Estados Unidos, pero eso no significa que en México los operadores no se sientan identificados con con el sentimiento de estos animales.
“La mayoría de los inversionistas dice que hay condiciones desfavorables en el país y se mantienen más en el lado de los osos, pero eso no quiere decir que no se puedan aprovechar otras oportunidades y que las empresas no quieran salir adelante”.
Menos afortunado
Una de las frases más populares entre los operadores es la del gurú Jim Cramer: “los toros ganan dinero, los osos ganan dinero y los cerdos van al matadero”. En la granja que existe en la bolsa de Nueva York destaca este tercer animal conocido por anteponer su ambición a una estrategia sólida y de largo plazo.
Los inversionistas con espíritu de cerdo piensan que lograr un rendimiento del 100 por ciento en un periodo de 12 meses no es atractivo, por eso recurren a préstamos para comprar más acciones a un precio más alto.
Sin embargo, en la mayoría de los casos sus planes los encaminan hacia el matadero donde son sacrificados si los títulos caen y se borran todas las ganancias originales.
Al igual que el resto de los animales, los cerdos siempre han estado presentes en el mercado y de cierta forma su presencia ayuda a equilibrar al sistema bursátil, ya que no todos pueden ganar.
Navegar en el mar bursátil de Wall street
No todo se trata de subir y bajar, algunos animales prefieren buscar oportunidades de otras formas, como la ballena, un animal que domina Wall Street al avanzar de manera silenciosa, pero masiva.
Se le conoce así a los grandes fondos y a las instituciones o corredores que negocian todos los días en la bolsa estadounidense.
Las ballenas son muy poderosas e incluso tienen la capacidad de mover al mercado. Un día cualquiera mueven al menos 80 por ciento del volumen de las operaciones negociadas en el corazón de Nueva York, según Whale Wisdom.
Algunas de las características de este espíritu animal son que no mantienen menos de cinco acciones en su cartera, administran más de 100 millones de dólares en valores negociables y tienen al menos el 20 por ciento de su cartera en sus 20 acciones principales.
Desde hace al menos una década, las ballenas han mantenido ganancias por encima del S&P 500. El retorno total de estos animales es de 668.87 por ciento, mientras que el del índice se ubica en 250.83 por ciento.
A finales del año pasado, Nasdaq publicó un comunicado en el que informó que un gran inversionista se estaba preparando para hacer una fortuna si los mercados caían.
Según los informes, el mayor fondo de cobertura en el mundo, Bridgewater, de Ray Dalio, realizó una apuesta de 1 mil millones en que las acciones caerán. Apoyada de Goldman Sachs y Morgan Stanley, la empresa ha constuido la posición bajista durante meses.
La apuesta a que las acciones caerán bruscamente en marzo de este año y darán sus frutos si el S&P 500 o el Euro Stoxx 50 bajan. Se estima que Bridgewater pagó mil 500 millones de dólares por los contratos de opciones.
Karl Praz explica que, a diferencia de los toros y los osos, las ballenas mantienen un perfil más bajo en el mercado, pero no por eso sus decisiones dejan de tener valor.
“Las ballenas pueden ser personas que no están trabajando su dinero directamente, digamos que navegan un poco a la deriva porque manejan inversiones con un riesgo mucho menor, pero más grandes”, explica el experto.
Ataque silencioso
Los tiburones no entran al juego de las inversiones, ya que lo consideran innecesario e improductivo.
En cambio, los tiburones se acercan al mercado de una manera que les permita capitalizar su velocidad, astucia y flexibilidad. Es decir que representan a los traders agresivos que quieren dar grandes mordidas.
Las rémoras son sus aprendices y aunque comen las migajas, están aprendiendo las costumbres de los tiburones.
Juan Carlos Minero destaca que estos operadores tienen una característica que los hace ser únicos, por eso es que se han sabido mantener en el mercado.
“Los tiburones buscan cazar a los participantes del mercado que estén colocando inversiones incorrectas o que sus inversiones no sean las más adecuadas. Ellos buscan, persiguen y comen”.