El privilegio de Harvard
Los vehículos financieros que otorgan recursos a las universidades más exclusivas de Estados Unidos (Ivy League) se han convertido en entidades poco reguladas que se asemejan más a un fondo de capital privado que a la administración de donaciones dedicadas a la educación.
El fondo que administra los recursos de la Universidad de Harvard maneja 36.4 mil millones de dólares, niveles similares a los que manejan los fondos de cobertura (hedge funds) de las grandes ligas de Wall Street.
Rodrigo CarbajalLos vehículos financieros que otorgan recursos a las universidades más exclusivas de Estados Unidos (Ivy League) se han convertido en entidades poco reguladas que se asemejan más a un fondo de capital privado que a la administración de donaciones dedicadas a la educación.
El fondo que administra los recursos de la Universidad de Harvard maneja 36.4 mil millones de dólares, niveles similares a los que manejan los fondos de cobertura (hedge funds) de las grandes ligas de Wall Street.
La Universidad Yale y la Universidad de Princeton manejan 23.9 mil millones de dólares y 21 mil millones de dólares, respectivamente.
Pese a ser instituciones educativas sin fines de lucro, estas universidades pagan comisiones extraorbitantes a administradores profesionales. En el 2013, la compensación anual de Jane Mendillo, estratega de inversión en jefe del fondo de Harvard, fue de 9.6 millones de dólares.
Sin embargo, la diferencia fundamental entre los fondos de las universidades y sus contrapartes de Wall Street es que los primeros disfrutan de excepciones fiscales por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Los vehículos financieros de las universidades se comportan y operan como fondos de capital privado, además de que cuentan con una gran cantidad de recursos a su disposición. No obstante, no contribuyen impuestos al gobierno federal.
Esto significa que los contribuyentes estadounidenses financian a las universidades privadas más exclusivas de todo su país. A pesar de los programas de becas y apoyos económicos, una gran proporción de los alumnos de estas universidades forman parte de las familias con mayores ingresos y riqueza en Estados Unidos.
Analistas expresan que mientras Princeton, Yale y Harvard obtienen recortes fiscales equivalentes a 105 mil dólares, 69 mil dólares y 48 mil dólares por estudiante, respectivamente, universidades públicas como la Universidad del Estado de Pennsylvania reciben apenas 12 mil dólares por estudiante en subsidios.