El regreso del superdólar
El dólar ha tocado fondo y su ascenso está a la vuelta de la esquina, o por lo menos eso afirma el banco Goldman Sachs.
El índice cambiario Bloomberg Dollar Spot, que rastrea el desempeño del dólar contra una canasta de 10 divisas (incluyendo el peso mexicano), llevaba dos meses con una tendencia de descenso, y tocó su punto más bajo en un año la semana pasada.
El dólar ha tocado fondo y su ascenso está a la vuelta de la esquina, o por lo menos eso afirma el banco Goldman Sachs.
El índice cambiario Bloomberg Dollar Spot, que rastrea el desempeño del dólar contra una canasta de 10 divisas (incluyendo el peso mexicano), llevaba dos meses con una tendencia de descenso, y tocó su punto más bajo en un año la semana pasada.
Pero ahora la tendencia parece estar dando un giro, con el índice registrando su mayor avance en seis meses la semana pasada aún a pesar de que los últimos indicadores económicos de Estados Unidos han decepcionado a los mercados.
Goldman Sachs indica que el ascenso del dólar en contraste con los indicadores muestra que las expectativas del mercado acerca del crecimiento económico estadounidense y del ritmo de alzas de tasas de interés en ese país han caído demasiado lejos, demasiado rápido, preparando el terreno para que el tipo de cambio repunte.
“Nos mantenemos alcistas respecto al dólar y pensamos que la trayectoria (de apreciación) es más alta a partir de ahora”, dijo Robin Brooks, jefe de estrategia de divisas de Goldman Sachs, en entrevista con Bloomberg Radio.
“La reacción del viernes (de la semana pasada) a un reporte de empleo significativamente por debajo de lo esperado fue reveladora: tuvimos un número decepcionante de empleos y el dólar de hecho rebotó”, agregó Brooks.
Es por esto que Goldman Sachs piensa que en los próximos dos años el dólar se apreciará otro 15 por ciento, a medida que la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, se despegue de las tasas de interés ultrabajas que han caracterizado los últimos años.
Pero si el pronóstico de Goldman Sachs se cumple, la salud del sistema financiero global y de la economía mundial podrían estar en riesgo debido al dominio del dólar juega en estos rubros.
El dominio del dólar
El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), conocido como ‘el banco central de los bancos centrales’, estima que a nivel mundial el dólar está presente en el 90 por ciento de las operaciones en el mercado cambiario, en el 60 por ciento de las reservas de dinero en efectivo, y en el 60 por ciento de las deudas y activos presentes fuera de los Estados Unidos.
Este último punto quiere decir que si el dólar se aprecia, el costo de pagar las deudas denominadas en dólares se encarece, lo cual alenta el crecimiento económico en medida que el dinero destinado a estas obligaciones reduce los recursos disponibles para la inversión y el consumo.
Esto resulta preocupante al considerar cuánto ha crecido el endeudamiento a nivel global.
La deuda total del mundo es hoy casi tres veces mayor a la registrada en el 2000, y es incluso mayor que antes de la crisis del 2007 y 2008.
Reuters reporta que esta es la razón por la cual el alza de tasas de interés realizada por la Fed en diciembre -la primera en casi una década- causó tanta volatilidad en los mercados financieros, resultando en el peor inicio anual para los mercados accionarios desde la Segunda Guerra Mundial.
Esto aún a pesar de que su tamaño absoluto fue muy pequeño: el cambio fue de tan solo 25 puntos base, un cuarto de un punto porcentual.
El dilema de la Fed
Para la Fed, esta situación presenta una difícil decisión.
La tasa de desempleo estadounidense, actualmente de 5 por ciento, es consistente con los objetivos del banco central.
Y a pesar de indicadores ocasionalmente decepcionantes como el del mes pasado, la creación de empleos consistentemente ha mostrado fortaleza.
La confianza de los consumidores y de las empresas también se ha mostrado sólida.
Esta situación sugiere que la Fed debería de seguir con sus planes de normalizar su política monetaria, alzando su tasa de interés. Estos incrementos tendrían como consecuencia mayores flujos de capital hacia Estados Unidos, acompañados de un fortalecimiento del dólar.
Pero esta apreciación del dólar causaría estragos en el extranjero, lo cual terminaría por afectar negativamente a Estados Unidos al lastimar los ingresos de sus exportadores y de sus empresas productoras de materias primas.
Este claroscuro de efectos tiene a la Fed atada de manos, lo cual es visible en los comunicados de la institución. En el transcurso del año el banco ha enfatizado repetidamente que está monitoreando los eventos internacionales para no apretar demasiado rápido su política monetaria.
Es por esto que la Fed ahora pronóstica sólo realizar dos alzas de 25 puntos base en lo que resta del año, en lugar de las cuatro estimadas en diciembre del año pasado. Sin embargo, aún este escenario está en duda a los ojos de los mercados, que asignan cada vez menos probabilidades a que la tasa cambie en 2016.