El sol no es negocio

Aunque parezca una novela de ciencia ficción, hoy en día existe la tecnología para que el ser humano viva a base de energía limpia y renovable.

Lo único que falta para dejar atrás los combustibles fósiles es dinero. Debido a que este tipo de negocios todavía no llegan a ser tan rentables como sus contrapartes, no se han implementado a gran escala.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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billones de dólares los costos en combustible que se ahorrarían de ahora al 2050 si se cumple el escenario propuesto por la AIE
"La rápida reducción de costos de los módulos y sistemas fotovoltaicos en los últimos años ha abierto nuevas perspectivas para el uso de la energía solar como una fuente mayor de energía en los próximos años y décadas"
Maria van der HoevenDirectora ejecutiva de la AIE
Uno de los mensajes clave de la AIE es que los gobiernos necesitan crear incentivos claros, creíbles y consistentes para dar confianza a los inversionistas y reducir los riesgos de estas tecnologías
http://youtu.be/dC5nw-rUgf0

Aunque parezca una novela de ciencia ficción, hoy en día existe la tecnología para que el ser humano viva a base de energía limpia y renovable.

Lo único que falta para dejar atrás los combustibles fósiles es dinero. Debido a que este tipo de negocios todavía no llegan a ser tan rentables como sus contrapartes, no se han implementado a gran escala.

Un par de nuevos reportes por parte de la Agencia Internacional de Energía (AIE), organización intergubernamental creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestran que existe la posibilidad de que para el 2050 el sol se convierta en la mayor fuente de energía de la Tierra, incluso por encima de los combustibles fósiles, la energía eólica, la energía hidroeléctrica y la energía nuclear.

Según el escenario planteado por la AIE, los sistemas fotovoltaicos solares podrían generar directamente hasta el 16 por ciento de la electricidad del mundo para entonces, con un 11 por ciento adicional provisto por electricidad solar de concentración. 

La AIE precisa que, en total, esto evitaría la emisión de más de 6 mil millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año, rebasando el equivalente a todas las emisiones de CO2 generadas anualmente por el sector energético en Estados Unidos.

Pero aunque la AIE ha enfatizado que los reportes no son una predicción, sino un mapa hacia esa posibilidad, un detalle clave en esto es que las actuales tendencias de avances tecnológicos vuelven plausible el escenario descrito. 

Así, más que depender de nuevos descubrimientos, las suposiciones de los reportes dependen de que existan las condiciones necesarias para financiar estos proyectos y para castigar el uso de otras formas de energía menos sustentables. 

Los incentivos necesarios

Uno de los mensajes clave mencionados por Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la AIE, durante la presentación de los dos reportes, es que los gobiernos necesitan crear incentivos claros, creíbles y consistentes para dar confianza a los inversionistas y reducir los riesgos de estas tecnologías.

“Donde existe una historia de incoherencia política, de señales confusas, o de ciclos inconsistentes de políticas, la inversión termina siendo más cara para los inversionistas, los consumidores pagan más por su energía, y algunos proyectos que son necesarios simplemente no proceden”, declaró van der Hoeven.

Dar confianza a los inversionistas y proveer los incentivos adecuados es un punto clave debido a que ambas tecnologías, tanto en los sistemas fotovoltaicos como en los de energía solar concentrada, requieren de grandes inversiones capitales. 

Esto quiere decir que casi toda la inversión debe realizarse desde el inicio, por lo que reducir los costos del financiamiento es necesario para lograr el escenario propuesto por la AIE.

Pero aunque la AIE estima que se requerirá una inversión cumulativa de 44 billones de dólares para que lo propuesto se convierta en realidad, la agencia contrasta esto con un ahorro de más de 115 billones de dólares en combustible. 

Al mismo tiempo, la agencia indica que no puede subestimarse la reducción de costos que el avance tecnológico podría traer.

Esto es particularmente cierto en el caso de la tecnología fotovoltaica, que en los últimos seis años ha visto reducciones masivas en sus costos y cuya contribución global a la generación de energía es hoy más de siete veces más alta que en el 2008.

Los reinos del sol 

Debido a la actual situación de los sistemas de energía solar ya existentes y a las características geográficas de ciertos países, la AIE no estima que todos los países participarán de igual forma en esta revolución solar.

En el caso de los sistemas fotovoltaicos, se estima que China será el líder mundial por un amplio margen de ventaja, seguido por Estados Unidos e India. 

El reporte detalla que es posible que más de la mitad de la capacidad de generación instalada para el 2050 se sitúe en el lugar de consumo final de energía, ya sea en el hogar de las personas o en centros comerciales o industriales.

Por otro lado, en el caso de los sistemas de energía solar concentrada, que requieren de áreas muy soleadas y con cielos despejados, el liderazgo le correspondería a Estados Unidos e India y, regionalmente, por el Medio Oriente y África. 

En América Latina, países como México y Chile serían los más beneficiados por esto, obteniendo incluso más beneficios que los aportados por la tecnología fotovoltaica.

Y aunque tanto los escenarios como los beneficios descritos pueden verse lejanos, la AIE advierte que los gobiernos deben de tomar acción inmediata si desean seriamente lograr sus objetivos de largo plazo.

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