Embargan a Slim… en Panamá

Las propiedades de Carlos Slim en Panamá fueron embargadas por un juez que considera que el mexicano abusó de sus influencias para hacer negocios en este país.

De acuerdo con el diario La Estrella de Panamá, se dictó un auto que decreta el formal embargo de 10 propiedades inscritas bajo la empresa de Ideal Panamá, una de las tantas empresas de Slim.

El fallo es el resultado de una demanda interpuesta en el 2006 por Mina Hydro-Power Corp, quien acusa de tráfico de influencias a uno de los hombres más ricos del mundo.

A la empresa, que cuenta tanto con inversionistas panameños como extranjeros, se le retiró una concesión en la que estuvo trabajando 10 años para construir un proyecto hidroeléctrico en Bajo de Mina para el que ya tenía hasta un contrato de construcción firmado.

Sin embargo, el gobierno del entonces presidente Martín Torrijos le retiró la concesión a Hydro-Power al negarle una extensión de plazo de 5 meses para comenzar a construir.

En tiempo récord, en opinión de la empresa, la empresa de Carlos Slim se apropió de la concesión y comenzó la construcción de la planta.

Hoy en día las instalaciones en Bajo de Mina de Slim manejan un volumen de negocio de 50 millones de dólares al año.

No es la primera vez que el multimillonario mexicano es acusado, o castigado, por influir de manera ilícita en concesiones públicas. 

La resolución del juez, aunque no es definitiva, significa un revés para los negocios de Slim en Panamá.

FCC quiere a Slim

Ayer no fueron sólo malas noticias para Carlos Slim. La constructora española FCC anunció que está interesada en hacer negocios con el mexicano.

La máxima accionista de FCC, Esther Koplowitz, no ha conseguido cerrar un acuerdo con el magnate George Soros para que se convierta en un accionista de referencia.

La falta de respuesta deseada obliga a la empresa a buscar otras opciones, por lo que se encuentra negociando la entrada de Carlos Slim.

Las negociaciones originales con Soros giraban en torno a una ampliación de capital estimada en mil millones de euros, con lo que el inversionista de origen húngaro pasaría de tener una participación de 3.8 al 25 por ciento de FCC.