Empresarios reprueban a Trump
Tradicionalmente la agenda política del Partido Republicano se alinea con los intereses de las empresas estadounidenses, pero el 2016 está mostrando ser un año en que las reglas tradicionales son rebasadas.
Esta semana la Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC, por sus siglas en inglés), uno de los mayores grupos de cabildeo de su país, reprobó los planes económicos del precandidato presidencial republicano Donald Trump.
Tradicionalmente la agenda política del Partido Republicano se alinea con los intereses de las empresas estadounidenses, pero el 2016 está mostrando ser un año en que las reglas tradicionales son rebasadas.
Esta semana la Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC, por sus siglas en inglés), uno de los mayores grupos de cabildeo de su país, reprobó los planes económicos del precandidato presidencial republicano Donald Trump.
Los planes de Trump incluyen aplicar tarifas punitivas a la importación de bienes provenientes de países como México y China, los cuales él considera han abusado de su relación comercial con Estados Unidos. Esto incluiría una renegociación o eliminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual Trump argumenta representa pérdidas laborales demasiado altas para su país.
La USCC, sin embargo, considera que “bajo los planes comerciales de Trump, veríamos precios más altos, menos empleos, y una economía más débil”, ya que estas políticas “peligrosas” causarían una recesión que “nos quitaría por lo menos 3.5 millones de empleos”.
Otro grupo de cabildeo de la iniciativa privada, la Asociación Nacional de Manufacturadores (NAM, por su siglas en inglés) también criticó las propuestas de Trump. Jay Timmons, presidente de la NAM, escribió que Trump “tiene las cosas al revés” y defendió la importancia del comercio para los trabajadores.
El riesgo es político
El desacuerdo entre Trump y los empresarios estadounidenses subraya una de las mayores preocupaciones económicas y financieras de este año: los riesgos políticos. Los expertos temen que una debacle ocurra no por el comportamiento del ciclo de negocios, sino por eventos políticos coyunturales que den un golpe innecesario a la economía global.
Un ejemplo de esto se vivió en la última semana en el periodo posterior al referéndum realizado en Reino Unido, en el cual sorpresivamente obtuvo la victoria la decisión de abandonar a la Unión Europea (un evento mejor conocido como Brexit).
En las jornadas posteriores al Brexit las bolsas alrededor del mundo perdieron billones de dólares, y se teme que la incertidumbre acerca de cómo procederá la ruptura entre Gran Bretaña y Europa retrase la inversión empresarial y el gasto de los consumidores, empujando al país a una recesión que podría arrastrar consigo a la eurozona y poner en riesgo la frágil recuperación de los últimos años.
La posible victoria de Trump es vista de la misma forma, como un evento que pondría en riesgo la economía de su país y la de sus socios comerciales. El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ha indicado que este escenario no forma parte de los modelos macroeconómicos del banco central mexicano, pero que de todas formas está en la mente de las autoridades.