Empresas ‘Peter Pan’

Aunque representan más del 40 por ciento del empleo y casi la mitad del producto interno bruto del país, México tiene un problema con sus microempresas: se rehusan a crecer, lo cual tiene un impacto negativo en la productividad y crecimiento económico del país.

En entrevista con la revista The Economist, Manuel Molano, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llama a esto “un sistema Peter Pan”, en donde las empresas prefieren mantenerse pequeñas por motivos fiscales y de regulación, agregando que “es más fácil pasar desapercibido si eres microscópico”.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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Por ciento de las pequeñas y medianas empresas de México, aproximadamente, son lo suficientemente formales como para obtener un préstamo bancario

Aunque representan más del 40 por ciento del empleo y casi la mitad del producto interno bruto del país, México tiene un problema con sus microempresas: se rehusan a crecer, lo cual tiene un impacto negativo en la productividad y crecimiento económico del país.

En entrevista con la revista The Economist, Manuel Molano, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llama a esto “un sistema Peter Pan”, en donde las empresas prefieren mantenerse pequeñas por motivos fiscales y de regulación, agregando que “es más fácil pasar desapercibido si eres microscópico”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que la proporción del total de empresas ocupado por las microempresas, que emplean a 10 trabajadores o menos, es más alto en México que en cualquier otra economía latinoamericana.

Pero el costo de quedarse pequeño e informal puede ser alto, ya que de esta forma es mucho más difícil y costoso obtener financiamiento por parte de las instituciones financieras.

Los préstamos a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) representan menos del 8 por ciento de los créditos otorgados por los bancos, y la Asociación de Bancos de México estima que solo alrededor del 18 por ciento de las PyMEs son lo suficientemente formales para obtener préstamos.

Y aun las que sí obtienen préstamos lo hacen con tasas de interés mucho más altas que las ofrecidas a las empresas de mayor tamaño.

Menos productivas

Además de la informalidad y la evasión fiscal, la alta proporción de microempresas no es deseable para el gobierno porque resultan mucho menos productivas que las empresas de mayor tamaño, lo cual frena el crecimiento económico del país.

La empresa de consultoría McKinsey publicó un estudio en donde detalla que microempresas como las panaderías tienen un cincuentavo de la productividad de grandes empresas como Bimbo.

McKinsey además reporta que la productividad entre las microempresas cae a una tasa anual de 6.5 por ciento, debido a una falta de eficiencia, tecnología e innovación.

Además, la alta proporción de microempresas en la economía mexicana perpetúa la desigualdad, ya que en promedio ofrecen salarios mucho menores que los de empresas más grandes, utilizan trabajadores con menos educación, y tienen una mayor probabilidad de fracasar.

Los expertos opinan que el gobierno efectivamente ha tomado esfuerzos para corregir esta situación, pero que aún queda camino por recorrer, incluyendo realizar cambios necesarios, pero poco populares, en los subsidios otorgados a estas empresas.

La tarea del gobierno

Para poder combatir la informalidad y el llamado “Síndrome Peter Pan” en las microempresas, el gobierno tendría que reducir los incentivos que empujan a las empresas a buscar permanecer pequeñas e informales.

Una de las propuestas gubernamentales es condicionar los subsidios públicos que estas empresas reciben, incluyendo tarifas eléctricas más baratas, a que estas se registren ante las autoridades fiscales y de seguridad social.

Sin embargo, el riesgo político asociado con condicionar los subsidios de las PyMEs ha frenado la implementación de ideas como esta.

Otro ángulo que el gobierno ha buscado atender es el de la competencia económica, con la intención de debilitar a los oligopolios para reducir los precios de servicios bancarios, energéticos y de comunicaciones para las empresas.

Sin embargo, como ha mostrado el proceso de la reforma de telecomunicaciones, este no es un proceso sencillo ni veloz.

Por otro lado, aunque el gobierno afirma que la reforma fiscal busca reducir la informalidad mediante el Régimen de Incorporación Fiscal, diversos expertos y grupos de cabildeo del sector privado han indicado que medidas como el requerir la facturación electrónica, cuando muchas microempresas no cuentan con los recursos para hacerlo, solo termina por volver más atractiva la informalidad.

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