Encuentro esperado
Christine Lagarde se reunirá este día con el presidente Andrés Manuel López Obrador poco después de que el Fondo Monetario Internacional recortara la expectativa de crecimiento para México. La visita se da en un contexto complicado por el estado de salud de la economía nacional
Viviana BranUna de las reuniones más esperadas ha llegado. Esta será la primera vez que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se reúna con un representante del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El encuentro con Christine Lagarde, directora gerente del FMI, se realizará en un momento de tensión, pues el organismo redujo sus estimados de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de México a 1.6 por ciento para 2019 y 1.9 por ciento para 2020, como consecuencia de los cambios en las percepciones sobre la dirección de las políticas en la nueva administración federal.
Esto significa que será una tasa no muy diferente a las que se registraron en los gobiernos de Vicente Fox, que fue de 2 por ciento; con Felipe Calderón, de 1.8 por ciento; y de Enrique Peña Nieto, de 2.4 por ciento en promedio.
El sueño por alcanzar 4 por ciento de crecimiento anual se ve lejano. A pesar de las negativas que ha recibido durante los primeros meses de su gestión, el presidente de México mantiene firme su postura y asegura que las estrategias que implementará su equipo gubernamental funcionarán, siempre y cuando se pongan por delante los pilares de austeridad y anticorrupción.
Juan Pablo Galicia, analista político, asegura que la visita de Christine Lagarde no tiene nada que ver con que México pida una línea de crédito, al contrario, visitará el país porque fue invitada a un foro sobre la participación de mujeres en la vida política.
En estos momentos, la salud financiera de México es crucial, por lo que las percepciones que tenga Lagarde sobre la economía del país pueden ser un arma de doble filo, ya que podrían servir para dos cosas, la primera, atacar al gobierno en caso de que se comente algo de la política de austeridad y la segunda, para generar confianza en la inversión.
Los analistas nacionales e internacionales siempre están atentos a lo que diga el FMI porque sus decisiones dependen de los comentarios positivos o negativos que escuchen de cada país.
Freno de mano
La deuda parece interminable, los intereses se están comiendo al país. En los últimos ocho años, el nivel de endeudamiento externo del gobierno mexicano se duplicó.
Durante el primer trimestre de 2018, la deuda alcanzó un máximo histórico de 453 mil 548 millones de dólares, durante ese mismo periodo, el pago de los intereses fue por 21 mil 613 millones de dólares, lo que representó el doble de los que se destinaron en 2010, cuando ascendieron a 11 mil 993, de acuerdo con los datos del Banco de México (Banxico).
Al cierre del primer trimestre de este año, el saldo de la deuda neta del Gobierno federal se ubicó en 8 billones 77 mil 766 millones de pesos. Por otra parte, el saldo de la deuda externa neta ascendió a 95 mil 72 millones de dólares.
A pesar de las cantidades estratosféricas que se deben, la flexibilidad para México aumentó, porque este año, representa a uno de los 33 países que tiene abierta una línea de crédito por 75 mil millones de dólares en caso de que lo llegue a necesitar por parte del FMI.
Sin embargo, el presidente de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reiteraron que no se solicitará, debido a que no requieren de ese tipo de apoyo por el momento.
No existe un tiempo que defina el fin para la deuda mexicana. Durante la administración de Vicente Fox, incrementó a 1.08 billones de pesos, es decir 540 millones al día, con Felipe Calderón se registraron 2.75 billones, lo cual equivale a 371 millones de pesos diarios, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, los adeudos sumaron dos mil 257 millones de pesos por día, de acuerdo con la información de la SHCP.
El único año en donde la deuda registró una disminución, fue en 2017, al pasar de 48.7 por ciento del PIB en 2016, a 46.2 por ciento. Cabe destacar que este resultado se logró por los recursos (321 mil 653 millones de pesos), que Banxico entregó de su operación 2016, el llamado remanente de operación, el cual, por ley, destina 70 por ciento a la reducción de la deuda.
José Luis Cruz, analista político, asegura que es poco probable que esta administración haga uso del crédito, pues lo que menos quiere es seguir endeudándose, porque esta pagando los intereses de la deuda que dejaron los gobiernos anteriores. Explica que hasta el momento, hay finanzas estables y las reservas internacionales están intactas.
“Es casi seguro que el tema del combate a la corrupción, se trate durante la junta, también es muy probable que el FMI le haga recomendaciones al gobierno en cuanto a la política de austeridad, sobre todo por los recortes al sector salud y la inversión en infraestructura pública”.